Tras varios años de errores, de contrataciones malas, de negocios cortoplacistas y más de algún arreglín dirigencial con representantes de jugadores que poco y nada hicieron en Colo Colo, Blanco y Negro parece enmendar el rumbo.
Con la confirmación de Héctor Tapia como DT, su petición de tres refuerzos de jerarquía, la “30” en las vitrinas y millonarias recaudaciones en sus arcas, la concesionaria pareciera haber aprendido la lección.
Ayer en el directorio, Carlos Caszely confirmó que este año “el ideal es conseguir dos o tres refuerzos y que no se vaya nadie”, mientras que Salah reafirmó lo dicho por el Chino poniendo como ejemplo la llegada de Esteban Efraín.
“En un momento hablábamos de Paredes y se veía imposible. Pero nos salió muy bien. Los tiempos de la prensa son distintos a los de uno. Tenemos un buen espacio de trabajo, el Mundial de por medio dará la posibilidad de estructurar esto como corresponda”, dijo.
Y tal como ocurrió con Visogol, la idea de la dirigencia es gestionar una repatriación que parece imposible: el regreso del hijo pródigo de Colo Colo, Matías Ariel Fernández Fernández.
La llegada de Mati es muy complicada, pues aún tiene contrato con la Fiorentina y el sueldo que recibe en Italia es imposible de repetir en Chile, pero Colo Colo buscaría seducir al ídolo con un proyecto deportivo que apunta a la Copa Libertadores 2015.
Así se lo hizo saber el máximo accionista individual de Blanco y Negro, Aníbal Mosa,a su círculo más cercano y al menos, iniciarán las conversaciones y harán el esfuerzo.
En caso que Jorge Sampaoli decida no llevar a Matías al mundial de Brasil, el “14 de los albos” dirá presente en la despedida del fútbol de Moisés Villarroel a jugarse un día después del viaje de la Roja a Belo Horizonte y podría ser una buena instancia para negociar con el regalón de la hinchada.