Álvaro Salazar se preparó a los 15″, cuando Ignacio González se resintió de su rodilla lesionada. Ingresó bajo una ovación conmovedora y no defraudó. Terminado el partido, con emoción, se dejó caer en el pasto y besó sus guantes.
Aún con la adrenalina a mil comentó en zona mixta que “era mi sueño y hoy lo cumplí. Tuve la oportunidad de hacerlo bien. Estoy feliz por debutar, a estadio lleno, clasificar a una copa internacional… No quiero que se acabe nunca este día, pero hay que seguir trabajando. Lo único que tenía que hacer era responder en la cancha”.
Además, agregó que “estoy tranquilo y dispuesto a seguir trabajando. Esta oportunidad se da una en un millón y tenía que aprovecharla al máximo”.
Desde muy pequeño el de Linares vivió en la Casa Alba. Se crió en el Monumental. “Los de la cantera sentimos la camiseta de una forma especial. Estoy feliz, traté de disfrutar”, resaltó.
Finalmente, comentó que Omar Labruna y Marcelo Ramírez “me dijeron que tuviera confianza, que estuviera tranquilo, que hiciera lo que hago siempre, que tenía que disfrutarlo independiente de si nos iba bien y mal”.