Clausura del 2006, Colo Colo había tenido un difícil comienzo de campeonato con un empate ante Antofagasta (1-1) y feas derrotas ante Everton (0-3) y Palestino (1-3).

 

Surgían los comentarios que decían que los albos no serían de nuevo un equipo arrollador tras la partida de Claudio Bravo y Jorge Valdivia, pero había un jugador que tenía la última palabra: Matías Fernández.

En un duelo postergado que se jugó a mitad de semana, los albos sacaron a relucir toda la jerarquía de su plantel ante un O'Higgins que había vuelto hace pocos meses a Primera División. 

El partido estaba empatado a uno y Matigol demostró su gran calidad individual con el mejor gol de ese año, dejando a cuatro hombres en el camino y picando la pelota ante la salida del portero, un verdadero golazo.

Colo Colo se impuso aquella noche por 4 a 1. Los otros tantos fueron obra de Gonzalo Fierro y un doblete de Humberto Suazo.