Las hojas de los árboles caen sobre Santiago como es habitual en los primeros días de junio. En medio de ese escenario, Marcelo Pablo Barticciotto luce sereno, recordando con calma, gratitud y emoción el año 1991, ocasión en la que fue pieza clave del mayor logro del fútbol chileno: la obtención de la Copa Libertadores de América.

Sin embargo, ese grupo se comenzó a forjar un año antes, con la eliminación del “Popular” ante Vasco da Gama en un Nacional repleto. “Lo que más recuerdo es que estaba mi viejo en el estadio, que llegó al camarín cuando ganábamos 2-0 pero le dije que se calmara, que todavía quedaba… ¡La cantidad de gente que había!… Luego quedamos fuera y me puse a llorar con él en el camarín”, rememora con los ojos vidriosos, como aún sintiendo el dolor de aquella frustración a pesar del tiempo.

Pero sabían que era el comienzo de algo único. Llegó Mirko Jozic y se continuó firme en un plan de trabajo. “Nosotros estuvimos casi seis meses concentrados en esa Copa. Chile fue una locura, eso nos decían pero uno no sabía, no teníamos tiempo ni de salir a tomar algo”, asegura el “7”.

Fueron sucediéndose los éxitos hasta el día en que la “alba” fue mucho más gigante que una “xeneize”. Pero “Barti” es claro: “Después del partido con Boca nos faltaba. No festejamos como conformarnos, nos faltaba el broche de oro, no nos podía pasar el karma de Chile, lo que les pasó a muchos otros equipos. A nosotros no, no podíamos permitirnos quedar en la orilla. Debíamos seguir con ese mismo régimen, no nos podíamos dar un lujo”, dice el ídolo… Hasta que llegó el día.

EL 5 DE JUNIO DE 1991, LA CARTA, EL GRUPO Y LA GLORIA

Aquel frío en cuanto a clima 5 de junio pero hirviendo en lo que a sentimientos se refiere, Marcelo Barticciotto tomó un lápiz y una hoja cuadriculada. “La carta fue a partir de algo que sentía y lo que quería decir. Se lo tenía que decir a mis compañeros. Le pregunté a Daniel (Morón) y él me dijo que la pegáramos en el pizarrón. Lo hicimos y la leyeron todos, hasta Carlos Caszely y se fue haciendo público. Cuando las cosas se hacen del alma la gente lo nota”, comenta de su obra que pueden observar en el recuadro y añadiendo de inmediato “imagínate lo que es Colo Colo en mi vida, hoy más allá del sentimiento, que es mucho, no me liga nada en forma profesional. Pero la gente igual me para en la calle y me pide que le explique por qué no gana”.

Ése era un camarín de hombres… De “hombres de blanco”. Y pese a que faltaban figuras, siempre había uno detrás dispuesto para entrar con los dientes apretados. “Eran importantes Rubén (Martínez), el “Pato” (Yáñez), el “Flaco” (Dabrowski) y no estaban para la final, entra “Lucho” (Pérez) y hace dos, que no había jugado ningún minuto en la Copa. Era un grupo maravilloso”, dice “Barti”.

El resto, historia conocida y gloriosa: a la cancha, 3-0, antorchas… Contacto de Marcelo Pablo con su fallecido padre: “Mi viejo se llevó con él el amor a Colo Colo, lo trataron muy bien. Era muy “querible” y cuando venía lo trataban muy bien”, piensa en voz alta y con un tono entrecortado el crack. La Copa Libertadores ya se podía tocar gracias a ellos, gracias al “Cacique”.

LA CLAVE DEL ÉXITO… HOY UNA AÑORANZA

Que no se ha trabajado bien en el armado de los planteles no es un misterio. Para el “7”, la conformación del primer equipo deja mucho que desear: “No pasaba por un tema de plata, es cosa de ver al Real Madrid. Era de tener un orden, de formar jugadores que se hacía antes y hoy se perdió completamente. Eso es trabajo, querer a una institución. Ésa es el alma y hoy se ha perdido. Quizás me puedan decir que estoy hablando por la herida, pero no es así. A quienes formamos parte de esta historia nos duele que no se haga sabiendo la fórmula. Era la base de jugadores formados en casa y traer dos o tres en puestos claves. Eso era”, analiza con cierta impotencia.

Y para el final un mensaje, como aquellos que siempre deja un hombre que trascendió al jugador de fútbol: “Colo Colo va a seguir saliendo campeón. El año que lo hizo conmigo no fue un gran año, con (Hugo) Tocalli fue un desastre y salió campeón igual. Pero eso no quita que el tema está en mal de arriba, que no haya una directriz, una pirámide de cómo se hagan las cosas, de una figura representativa, líderes positivos, gente trabajando. Si tenemos una fórmula que ha sido exitosa en el tiempo… ¿Por qué no repetirla? Aunque te lleve dos o tres años sin salir campeón. Pero quizás del tercer al octavo año ganaremos todo, porque habrá una estructura sólida, con gente que quiera al club de verdad y no que venga un jugador de afuera que se quiera ir porque hizo tres o cuatro goles y utiliza a Colo Colo como trampolín. Uno lo primero que quería hacer antes era salir campeón con Colo Colo, orgulloso de vestir esta camiseta”… Como para que lo lean y digieran varios… Como para que muchos aprendan lo que significa vestir el indio en el pecho.