Un día como hoy, pero hace 20 años, Colo Colo fue declarado en quiebra en una de las noticias más debastadoras en la historia del club. Una noticia que rompió más de algún corazón.

Finalmente para el bien del Cacique todo salió bien y en conversación con Luis Mena, uno que vivió la quiebra en carne propia, detalló con DaleAlbo lo que fue ese doloroso y a la vez hermoso año.

TE DEJAMOS LAS DECLARACIONES DE LUIS MENA:

"Se rumoreaba, se hablaba de cosas que podían pasar en el momento. Yo en el 2001 parto a Deportes Puerto Montt a préstamo y conocí una realidad distinta, muy precario. Uno miraba a Colo Colo desde afuera con todos los problemas, pero no era solo de ahí, sino que de un par de años antes. Nadie lo esperaba, pero pasó. Nos sorprendió a todos.
Fue duro y complicado, porque estaba la guerra entre Colo Colo y el fisco, con el Síndico y un montón de cosas que uno veía en la prensa. Y ahí estábamos nosotros, que deportivamente teníamos que darle una mano al club para que el equipo siguiera en camino.
Supimos por la prensa lo que pasaba con Colo Colo. Fue extraño, como de ciencia ficción, porque estaban haciendo desaparecer al club más importante del país. Desde el área deportiva tomamos la batuta, porque de alguna u otra amanera teníamos que poner nuestro granito de arena para poder sacar esto adelante. Nos pusimos la camiseta, éramos muchos colocolinos, canteranos que queríamos ayudar a que Colo Colo saliera adelante. 


Fue maravilloso. El título más importante para mi fue el de ese año, porque se armó un equipo con 44 jugadores, pocos que se quedaron del 2001, otros que era formados y algunos que volvíamos de préstamo. Ahí eligió el plantel, donde jugamos con 12 de Octubre y a Barti se le ocurrió que íbamos a estar “A Morir por el Colo”, que fue la frase con la que salimos en la polera. Al final quedó en la memoria del hincha.


He sido muy agradecido de todos los jugadore grandes con que compartí, pero claro, Marcelo Barticciotto y Marcelo Espina fueron dos emblemas, guías para todos los jóvenes que estábamos ahí. Espina fue un líder en la cancha, un entrenador.


Barti desde afuera nos ayudó mucho a pesar de jugar poco. Nos generó una identidad mayor con el club. En ese entonces tuvo que vivir la muerte de su padre. Desde esa tribuna, dando sus últimos pasos como deportista, nos ayudó a conseguir un campeonato inédito casi a nivel mundial, con un equipo en quiebra.


Lo que más nos llena de orgullo y satisfacción a todos los que estuvimos en ese camarín fue a que aportamos con nuestro granito de arena para que el equipo sea campeón y, además, no desapareciera. Eso quedará grabado a fuego en el hincha.

Fue maravillo. Habíamos perdido la oportunidad de llegar a una primera final en el primer torneo, en el Apertura. Nos elimina Rangers y después la Católica le pasa por encima. Quedamos con esa espinita clavada. Aprendimos de nuestros errores y nos jugamos todo en el Clausura. Fue el compromiso de todos los que estuvimos ahí, a los que nos tocó más y a los que les tocó jugar menos.


En ese año jugamos 72 partidos, cuando un equipo profesional normalmente jugaba 32 o 36. Teníamos que jugar siempre porque teníamos que juntar fondos, pero ahí estuvimos, con la camiseta puesta. El orgullo máximo de todos fue poder entregarle ese campeonato a la gente, ganándole a Católica en la final.


Hay una frase de Claudio Borghi, que es el mejor entrenador que tuve en mi vida. Nos dijo ‘ustedes no se dan cuenta, por la vorágine que tiene el fútbol, los logros que están obteniendo’. Nosotros ahora nos damos cuenta del hito que logramos, haber sido campeones en la quiebra, haber generado esa mancomunión entre jugadores, cuerpo técnico, dirigentes e hinchas. Trato de replicarlo como entrenador, que cuando se logra esa armonía, se consiguen objetivos importantes"