Agustín Orión: Sacó toda su estirpe copera. Si bien lo amonestaron temprano, manejó los tiempos, dio respiros y tuvo un par de intervenciones interesantes, como un bombazo de Marcos Riquelme que atajó bien abajo. Bien.
Matías Zaldivia: Al principio se complicó con la diagonal de Juanmi Callejón, pero luego supo controlarlo de buena manera y se mantuvo ordenado, sobre todo con los pelotazos que caían de centros desde el costado derecho del ataque de Bolívar, un arma que suelen usar.
Julio Barroso: Qué gran noticia tenerlo de vuelta. Obviamente iba a tener algunas complicaciones, como con la volea de Callejón al minuto o con la jugada que peleó con Riquelme y que dio en el travesaño, pero era el peor escenario de todos para reaparecer y mostró su aplomo. Además, pasó a jugar de stopper por izquierda para dejarle su tradicional puesto de líbero a Juan Manuel Insaurralde, lo que habla de una muy buena disposición en pos del objetivo grupal.
Juan Manuel Insaurralde: Gran partido del Chaco, que ya ha demostrado su estirpe y años de circo a nivel internacional. Fue el líbero con Barroso en cancha y no desentonó, metió un gran cruce a Riquelme tras un pelotazo frontal peligroso y siempre espero a pie firme a los locales. Atento en los pelotazos que caían de los costados y reventó sin asco cuando había que hacerlo. La única donde se complicó un tanto fue un córner donde Juan Arrascaita cabeceó con algo de libertad, pero igual alcanzó a molestarlo para que desviara.
Felipe Campos: Ordenado, aplicado, no descuidó nunca la marca por su sector, que era donde jugana Juan Carlos Arce, el mejor de Bolívar. Sólo en una, en el segundo tiempo, Luis Gutiérrez lo dejó atrás provocando algo de peligro.
Carlos Carmona: Estuvo algo impreciso a la hora de salir por la altitud, pero poco a poco le fue tomando el ritmo a la cancha. Cometió un par de faltas algo peligrosas cerca del arco de Agustín Orión.
Claudio Baeza: Muy bueno lo de Serrucho. Con aplomo, con buen despliegue, quitó, entregó bien y salió con criterio cuando pudo hacerlo sin quedar “botado”. Hasta tuvo un gran remate que le atajó Romel Quiñónez de gran manera. En el podio.
Óscar Opazo: Bien el Torta. Al igual que Campos, entendió perfectamente el contexto, fue aplicado, no se desordenó y se dio maña igual para sacar un par de centros que, con un poco más de fortuna, pudieron quedarle a Rivero.
Jorge Valdivia: Tras un comienzo algo dubitativo, donde perdió una pelota que permitió un pelotazo frontal que dejaba solo a Riquelme, se fue afirmando y en el segundo tiempo tomó y pidió siempre la pelota, mostrándose activo hasta que se cansó por razones lógicas.
Nicolás Orellana: Su misión era correr e intentar en las contras, pero no fructiferaron los intentos. Se fatigó más temprano de lo esperado dada la misión que tenía.
Octavio Rivero: El mejor de la cancha. Tuvo pocas, clavó una, preocupó, aguantó y corrió como si no le pesaran los 3.600 metros de altitud. Gran estado del uruguayo.
(67’) Benjamín Berríos: Entró para corretear en el medio y darle algo de piernas a esa zona. Pudo haber aprovechado mejor alguna que otra contra.
(78’) Esteban Paredes: Quizás pudo ingresar un poco antes, pero en lo poco que estuvo aguantó, estuvo algo enganchado y metió un gran pelotazo al Topo Berríos que bien pudo ser la jugada del triunfo. Lo bueno es que vuelve entero.
(90’+3) Gabriel Suazo: Ingresó sólo para quemar algunos minutos de descuento.
DT Pablo Guede: Bien planteado. Más allá de la jugada puntual al comienzo donde Callejón estrelló en el travesaño y luego el cabezazo de Riquelme donde Barroso guerreó arriba, Bolívar no logró hacer su clásico juego de buscar centros al 9 aprovechando que en la altitud es más complicado hacer las basculaciones. El equipo estuvo muy compacto, en el fondo fue más línea de cinco que nunca y se armó de tal manera que no fuera necesario que pillaran a todo un bloque a contrapié, el gran peligro en La Paz. Además, se aprovechó de buena manera uno de los córner a favor y cuando el encuentro entraba en fase final, no dudó en poner los cinco de atrás y tres volantes delante para sellar espacios. Es muy complicado jugar a 3.600 metros sobre el nivel del mar y Bolívar venía de 18 partidos consecutivos sin perder en el Hernando Siles por torneos internacionales, por lo que rescatar una unidad y evitar que sumen dos más es muy valioso. Pero más lo será si Colo Colo abrocha triunfos contra ellos mismos y contra Delfín en Pedrero además de rescatar algo en Manta. El Cacique se entona de vuelta.
Foto: Sebastián Órdenes / Colo Colo