Agustín Orión: No tuvo mucho trabajo ni fue responsable directo en los goles, pero sí pudo hacer más en el segundo al entrar el balón por su palo. Con los pies, eso sí, tuvo una tarde para el olvido al regalarle dos balones a un Edwuin Pernía que no supo qué hacer.
Felipe Campos: Tuvo un gol al descolgarse de muy buena manera y durante el primer tiempo estuvo bien parado. Pero luego sintió el tiempo sin fútbol. Se quedó enganchado en el gol de Raúl Becerra y no llegó nunca a cubrir su banda al quedarse arriba en la contra del segundo.
Julio Barroso: Se quedó pegado reclamando un offside inexistente de Becerra y éste marcó estando solo. En la última tropezó al ir a seguir a Fernández, aunque él tenía tomada a su marca y Fierro soltó al que marcó.
Juan Manuel Insaurralde: De nuevo muy parejo en el fondo, bien posicionado, bien en la marca, salió jugando en un par de ocasiones y aportó con otro gol. Eso sí, estuvo cerca de la expulsión entre reclamos muy airados y una que otra falta en el segundo tiempo.
Óscar Opazo: Tuvo una clarísima en su mejor pasada pero tiró un tres dedos que controló Naranjo. Aportó, aunque no como en otras ocasiones.
Benjamín Berríos: No fue factor. Tiene mucha entrega y trata de correr todas, pero no dio el primer pase para salir ni pisó el área de Iquique con peso para ser un agente ofensivo.
Gabriel Suazo: Después de Valdés, quizás fue el que más intentó. Partió bien, claro para librarse de marcas pero errático en la entrega. Guapeó, ganó un balón y dejó solo a Lucas Barrios en una acción. Pero cerca del final se quedó mirando y no marcó a Becerra en la del palo en los descuentos y tampoco tomó bien al que inició la acción del 2-1 final.
Damián Pérez: Cerró de muy buena manera a Rolón en una jugada en el primer tiempo, pero arriba otra vez elevó la que, hasta ese momento, era la más clara de Colo Colo. De todas formas, cumple, aunque le faltaron más desbordes y diagonales.
Jaime Valdés: El más destacable de Colo Colo. Metió dos pases para Lucas Barrios, buena acción en una que terminó Damián Pérez, remate que sacó apenas Rodrigo Naranjo. Activo.
César Pinares: Otra oportunidad desperdiciada, más en una semana donde habló en conferencia y aseguró que quería meter presión. Lamentablemente, no hizo eso en ningún caso, al no ser el generador de fútbol que Colo Colo necesitaba.
Lucas Barrios: Si se le busca las buenas, hay dos. Una donde recuperó muy bien enganchándose donde se inició una jugada interesante y la otra fue en el gol de Insaurralde, donde aguantó y pivoteó para Valdés en un movimiento muy de 9. Pero eso en ningún caso salva uno de sus partidos más desafortunados incluyendo toda su primera época en Colo Colo. En sus pies y en su cabeza pudo estar el cambiar la historia, pero mostró una imprecisión tremenda a la hora de finiquitar las jugadas, que es su labor principal. Da la sensación por momentos que su cabeza le dice que debe hacer algo y su cuerpo no lo ejecuta de buena manera. En jerga de boxeo, no encuentra la distancia.
(64’) Gonzalo Fierro: No aportó en ofensiva, donde podría haber dañado con algún remate de media distancia aprovechando la altitud, y en la marca se fue con el que tenía tomado Barroso y dejó el flanco a Fernández en la jugada del gol de la derrota.
(64’) Nicolás Maturana: Metió un correcto centro para un cabezazo de Lucas Barrios que salió desviado cuando estaba solo. Después, poco más, salvo un intento de chilena en los descuentos.
(75’) Iván Morales: Intentó aportar potencia y tuvo un arranque que terminó en un reclamo de penal. Es joven, pero da la sensación de estar muy estancado en su crecimiento que lo tuvo hasta como titular dejando en el banco a Octavio Rivero en su momento.
DT Héctor Tapia: Por un lado es cierto que no es su responsabilidad que Lucas Barrios anduviera en una tarde para el olvido. Pero sí lo es el tomar la decisión, ya sea por iniciativa o por pedido de los jugadores (que sería peor) de ni siquiera llevar al banco a tres titulares indiscutidos para cuidarlos para el clásico, a sabiendas que Colo Colo no estaba en posición de regalar nada en el Campeonato y que los puntos valen lo mismo. Por lo menos debieron estar en el banco por si se complicaba la cosa, tal como pasó con Curicó en el Monumental cuando entró el Mago Valdivia y arregló todo en 10 minutos. Colo Colo siempre que ha tenido que recurrir este semestre a las alternativas no ha dado el ancho y cada vez da más la impresión de que depende de sus 11 titulares y que anden en una tarde iluminada. Porque con el equipo que puso no era para perder con un Iquique que no ganaba desde abril nombre por nombre, pero si se tocan dos o tres piezas estelares, no existe un funcionamiento o un fondo futbolístico que ayude cuando las individualidades no aparecen. Y eso sí responsabilidad del técnico.