Agustín Orión: Otra vez demostró lo que es ser arquero de equipo de grande. Le hicieron dos goles, pero tuvo intervenciones que terminan siendo determinantes. En concreto, la doble tapada a Christian Bravo que pudo ser el empate de San Luis y cambiaba toda la historia. Sólido.

Matías Zaldivia: Quizás sintió el trajín del miércoles. Debía cerrar a Mauro Caballero en el gol, toda vez que Julio Barroso, que sobraba, salió con Christian Bravo y lo terminaron madrugando. En el gol de Gerson Martínez, tiró mal la línea del offside y habilitó a Joaquín Pereyra.

Julio Barroso: Lo sacó la marca de Christian Bravo en la jugada del gol de Mauro Caballero y este mismo 9 le ganó una por alto que logró controlar Orión. Más allá de esas dos acciones puntuales, cumplió.

Juan Manuel Insaurralde: El mejor del fondo. Tuvo una cobertura soberbia a Caballero, reventó cuando tenía que hacerlo para no complicarse, otra vez intentó dar salida por bajo y marcó un golazo de cabeza. No puede salir.

Óscar Opazo: Sin ser tan punzante como en otras ocasiones, el Torta demostró un buen manejo de la banda al hacerla completa con suficiencia.

Carlos Carmona: Viene en alza y al rendimiento parejo que ha tenido este semestre, le agregó hoy un par de pases profundos dignos de la mejor época de Arturo Sanhueza. De uno salió el primer gol de Esteban Paredes. Se tuvo que cargar harto a la izquierda para ayudar a un complicado José Aguilera.

Claudio Baeza: Bien llegando a posiciones avanzadas, ordenado para intercalar funciones con Carmona. Importante en el inicio de la jugada del segundo gol de Colo Colo al estar bien arriba participando de la acción ofensiva.

José Aguilera: No se vio cómodo haciendo la banda completa. Encaró en un par de oportunidades en base a personalidad pero, salvo en una donde se la bajó de pecho a Agustín Orión, le comieron la espalda de manera constante, sobre todo Christian Bravo que pasó por su lado en la jugada del gol en el primer tiempo para la visita. Luego empezó a pasar también Rodrigo González y ahí entró Damián Pérez.

Jorge Valdivia: Sin las luces del partido ante Corinthians. Sintió un poco el desgaste de estos meses sin fútbol, pero necesitaba seguir acumulando “kilómetros” de juego. Se activó más en el segundo tiempo, aunque perdió una saliendo que propició la doble tapada de Orión a Bravo. Bravo también para ir al piso y quitar pelotas cuando fue necesario.

Lucas Barrios: Lujoso y efectivo taco para Paredes en la jugada del 2-1 parcial. Tuvo un par de goles, pero no pudo convertir. Pese a que está muy colaborativo, se le ve algo tosco con el balón en los pies y a la hora de decidir. No obstante, su calidad lo hace ser un aporte de todas formas.

Esteban Paredes: La figura de la cancha. Estuvo en todas las de peligro de Colo Colo. Hizo dos goles, filtró una para el Mago Valdivia que se la bajó a Lucas Barrios, metió otra muy buena para la Pantera y hasta pudo anotar otro tanto. En todas.

(60’) Damián Pérez: Entró y se acabaron las subidas del tándem de Rodrigo González con Christian Bravo salvo un voleo que sacó el lateral derecho de San Luis en una segunda pelota. Además, también dañó con un gran centro que cabeceó Paredes y que sacó el Nacho González. Conoce el puesto y lo trabaja muy bien en todas sus variantes.

(66’) Jaime Valdés: Intentó con buen ímpetu, aunque careció de precisión y perdió algunos balones en acciones ofensivas.

(83’) Gonzalo Fierro: Tenía que cerrar el lateral y Braulio Leal lo llevó por toda la entrada del área, no pudo cortarlo y por ahí se coló Joaquín Pereyra en la jugada del 3-2.

DT Gualberto Jara: Colo Colo pareció salir con el piloto automático del miércoles, más aún dada la suspensión de Héctor Tapia, y estaba funcionando. No obstante, el no tener integrado un Sub 20 con todas las de la ley a la mecánica del equipo pasó la cuenta. José Aguilera no sintió la banda completa y, por ahí, San Luis se las arregló para complicar pese a su momento de ahogo con el descenso. El Cacique pudo y debió cerrar antes el partido pero, por diversos factores, lo terminó sufriendo de manera innecesaria. Metió a Damián Pérez dejando en claro que el juvenil está jugando sólo por la norma y por cumplir (en cuatro partidos siempre el cadete fue reemplazado cuando se llegó a los minutos necesarios) y el equipo se afirmó, pero con los ingresos de Jaime Valdés y Gonzalo Fierro comenzó a perder balones y lo pasó mal cuando era evitable. Mereció ganarlo, lo ganó, pero queda como moraleja que no puede sobrar a ningún rival y debe estar atento los 90 y tantos minutos, incluyendo a la cabina técnica.

Foto: Guille Salazar