Agustín Orión: Tuvo un par de buenas contenciones, sobre todo ante remates de distancia de Audax. En el gol quizás desprotegió mucho el arco, aunque no es un tanto de arquero.
Felipe Campos: En la primera subida de Sergio Santos no estaba en su puesto y lo persiguió Iván Morales. Una tímida subida en el disparo de Lucas a las manos de Sanhueza, un grave error al dejar la pelota regalada a Ariel Martínez para la más peligrosa del local y un buen anticipo en el inicio de la jugada que Iván Morales elevó.
Matías Zaldivia: Pasado de revoluciones, estuvo bordeando algo más que una amarilla. Un empujón fuera del área que dio un tiro libre peligroso, le metió un codazo sin pelota a Sergio Santos y luego pegó otra en el complemento donde recién lo amonestaron.
Juan Manuel Insaurralde: A grandes rasgos no tuvo mucho trabajo. Hizo lo que tenía que hacer cuando Audax buscó con Jonathan Herrera y Renato Tarifeño casi ni la tocó en el primer tiempo.
Gabriel Suazo: Correcto, pero sin deslumbrar. Algunas subidas sin mayor peligro, siempre batallador. Luego pasó a la zona de contención (tras el ingreso de Damián Pérez) y ahí siguió poniendo pierna fuerte.
Iván Morales: Muy bajo, pero es claro que no se encuentra del todo cómodo haciendo la banda completa. Tuvo hasta que salir detrás de Sergio Santos, en una se quedó reclamando falta cuando pudo seguir y no fue factor salvo un zurdazo que pasó cerca y la que elevó en el primer tiempo. Lo han puesto en todos los puestos y casi nunca donde mejor se siente sólo por cumplir con los minutos de Sub 20.
Jaime Valdés: Ensayó con algunos remates, trató de conectar al equipo pero no gravitó demasiado. Una jugada que fue muy clara del momento de Colo Colo fue una contra en el segundo tiempo donde tenía el balón en los pies y tuvo que retroceder porque nadie salió para dañar a Audax.
Esteban Pavez: Retrocedió cargándose a la izquierda sobre todo en el segundo tiempo para tratar de colaborar a la marca, pero cuando se le escapó Iván Ledezma, hizo daño con un par de remates interesantes.
César Pinares: Tuvo la mejor de Colo Colo en un momento cuando se cambió a la derecha y dribló a medio mundo, pero decidió mal tirando un centro pasado. Intenta, pero al igual que Morales no se siente bien haciendo la banda. Eso sumado a su momento de “nube negra”, como él mismo lo describió.
Esteban Paredes: Poca fineza por el tiempo inactivo. Probó con algunos remates centralizados, se tendió a enganchar por momentos pero no fue gran factor. Bien por le gol 210, lo único rescatable.
Lucas Barrios: Se movió, se trató de enganchar, de ayudar a marcar pero no pudo otra vez de frente al arco.
(72’) Damián Pérez: Por el lado donde ingresó Osvaldo Bosso sacó con toda calma el centro que terminó en gol. Ha perdido mucho terreno desde su último partido bueno, que fue con Corinthians en Brasil.
(78’) Gonzalo Fierro: Salvo el sombrerito fallido que pudo ser el 2-0 no fue factor. Llegó corriendo tarde a la marca de Manuel Fernández en el gol.
(86’) Julio Barroso: Entró para cerrar el juego aéreo, el resultado y el fondo de Colo Colo y les hicieron igual un gol cuando había tres centrales, dos laterales y dos contenciones netos. Clara muestra de la desorientación total de Colo Colo. Estaba él, Zaldivia e Insaurralde cercando al mismo jugador, a Santos, mientras Fernández aparecía solo.
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DT Héctor Tapia: Intentó sorprender con un 4-4-2 con Iván Morales y César Pinares como volantes abiertos en segunda línea de cuatro. A los 20’ los cambio de perfil pero la verdad es que el equipo nunca logró inquietar a Eryin Sanhueza de manera clara salvo alguno que otro remate. En el complemento se encontró con un penal discutible, anotó Esteban Paredes y quedando 40 minutos cerró el boliche. De ahí en más, Morales intentó un zurdazo que se fue desviado y hubo contras que el equipo no pudo aprovechar porque nadie salía del fondo (una muy clara fue donde Jaime Valdés la tomó y tuvo que retroceder porque no le picó nadie). Hizo sólo cambios defensivos, puso tres centrales, dos laterales, llenó el mediocampo y le hicieron igual un gol por aire pese a que Audax jugó su partido más discreto en mucho rato. Es un equipo sin convicciones, sin variantes, con una lentitud pasmosa, sin recursos tácticos. En fin, nueve partidos sin ganar hablan por sí solos y así la única convicción que hay es que para sacar un triunfo va a tener que pasar algo extraño.