Cualquier aficionado del deporte, sabe que hay acontecimiento claves, momentos especialmente  importantes, donde se establece la delgada línea entre la gloria y la decepción. Ápices puntuales, donde una victoria te acerca al objetivo marcado al inicio de temporada, y una derrota liquida cualquier opción de éxito. Uno de esos instantes se llevará a cabo el sábado en el Santiago Bernabéu.

El templo blanco será el escenario de la disputa de un nuevo clásico entre Real Madrid y FC Barcelona. Siendo este de especial trascendencia para el cuadro local. Todo lo que no sea obtener una victoria por parte de los chicos de Santi Solari, pondría en bandeja de plata la Liga para su eterno rival, y máximo favorito hasta el momento, no solo por la posición en la tabla, sino también por las sensaciones que desprende su equipo en general, y Leo Messi en particular.

El argentino está en estado de gracia, juega y hace jugar a sus compañeros, lo que es sin duda un grave problema para los intereses merengues. Si a esto le sumamos el resto de músicos de la orquesta que acompañan al rosarino, hace del FC Barcelona un rival temible en cualquier escenario y ante cualquier situación. Los números también están del lado de cuadro culé cuando visita Chamartín en la última década. En estos diez años, en la mayoría de ocasiones los blaugranas han obtenido el botín que requerían, y en muchas de ellas haciendo y desplegando un juego de manera excelsa. En este clásico, con tan solo un empate, bastaría a los visitantes para quitarse un rival directo por la consecución del título de la competición doméstica, de manera definitiva.

Sobre el papel y con las estadísticas del último decenio en la mano, el FC Barcelona partiría como leve favorito, tanto en el partido como en la victoria final de la competición. Pero esto hay que cogerlo con pinzas cuando el rival que se tiene enfrente es todo un Real Madrid.

El conjunto presidido por Florentino Pérez pocas veces sale derrotado, y cuando lo hace vende su derrota a precio de quilates. Por eso, desde la ciudad condal no se debe vender la piel del oso antes de cazarla, más si cabe por el estado de forma en el que llegan algunos integrantes de la plantilla blanca, o por la sorprendente irrupción de Vinicius Jr. en el panorama futbolístico mundial. Si a este conjunto, le sumamos un estadio a rebosar que quiere llevar a su equipo en volandas, la empresa se antoja más difícil si cabe para la entidad barcelonista.

Lo que todos los aficionados al futbol deben tener claro, es que un clásico no deja indiferente a nadie. Si a todo lo que nos dejen los jugadores en el terreno de juego, le añadimos la posible incidencia del VAR en el transcurrir del partido, se presenta un duelo que irradiará pasión por todos los costados, más si cabe cuando hay una Liga en juego, en donde uno de los grandes puede quedar descartado definitivamente para su consecución.