“Para vivir la gloria, es necesario haber pasado por el fracaso”. La frase pertenece a Jaime Pizarro, el primer y único capitán chileno que ha recibido la Copa Libertadores de América en sus manos. ¿Y por qué dice esto el “Káiser”? Porque todo se comenzó a gestar después de un durísimo revés.

De la mano de Arturo Salah, quien conformó un grupo muy fuerte en lo humano según cuentan sus propios protagonistas, Colo Colo enfrentaba la Copa Libertadores 1990. Dejaba atrás en su grupo a Universidad Católica, Unión Huaral y Sporting Cristal de Perú para meterse en octavos de final, donde vendría el “minuto 0”.

Vasco da Gama era el rival y el empate 0-0 en Brasil daba para ilusionarse. El Estadio Nacional vio cómo más de 70 mil personas repletaban las galerías esperando la ansiada clasificación. Y nada hacía pensar en lo contrario cuando al descanso, el Popular se iba 2-0 arriba.

Pero el cuadro visitante lo empataría… Volvería la ventaja a nuestras manos hasta que tras un balón robado a Rubén Espinoza, se cerraría el 3-3 final. A penales… Todos convirtieron… Todos, menos el volante anteriormente mencionado. Colo Colo se quedaba fuera.

LA REVOLUCIÓN DE MIRKO

Salah dio un paso al costado y Colo Colo apostó por un experto en divisiones inferiores: el croata campeón del mundo Mirko Jozic, junto a Eddio Inostroza como ayudante técnico, Macelo Oyarzún como preparador físico, Joaquín Toro como kinesiólogo y Carlos Velásquez como paramédico.

El impacto en el grupo fue fuerte: el carácter del balcánico contrastaba con el paternalismo de su antecesor, lo que hacía fruncir el ceño a varios. Aunque, de inmediato, todos se pusieron a trabajar. Por que sabían que en Colo Colo se necesita gloria. Y ellos la querían como ninguno.

Sólo llegaron cuatro refuerzos y en puestos preciosos, nada de andar buscando todos los “chiches” de la vecindad: Gabriel Mendoza desde O”Higgins, Patricio Yáñez desde la “U”, Luis Pérez desde la “UC” y Sergio Verdirame desde Colón. La base era de futbolistas chilenos, muchos canteranos, más cuatro argentinos: Ricardo Mariano Dabrowski, José Daniel Morón, Marcelo Pablo Barticciotto y el mencionado ex “sabalero”.

En la fase de grupos se notó el poderío del cuadro de Mirko: primeros con triunfos sobre Barcelona (3-1), Deportes Concepción (2-0) y Liga de Quito (3-0). Empates con los tres de visitante.

LAS MANOS MÁGICAS DEL “LORO”

Con 45 mil personas, se empató 0-0 con Universitario en Lima. En Santiago era una caldera. El partido estaba 2-1 con dos goles de Rubén Espinoza cuando apareció José Daniel Morón.

En una de las últimas, un centro lo capturó Balán González de cabeza. Era un tiro imposible, abajo. Pero ahí estaba el “Loro”, para ahogar el grito de gol peruano y cerrar la clasificación del más grande.

LA NOCHE DEL “POLACO” DABROWSKI

Apareció Nacional de Uruguay en el horizonte. El primer partido fue en el Monumental y se cerró todo de inmediato. Entre todos volvimos loco al portero Lorenzo Carrabs, que tuvo una noche para el olvido.

Rubén Martínez (28″), Ricardo Mariano Dabrowski (media chilena incluida) (45″ y 85″) y Rubén Espinoza (89″) pusieron el 4-0
que no fue opacado por el 0-2 en Uruguay, en una cancha intencionalmente inundada. A semifinales.

EL “CHANO”, “BARTI” Y EL “TRIGOLEADOR” FRENARON AL FAVORITO

Llegó la hora de enfrentar al Boca Juniors que se llevaba todos los boletos
: el de Diego Latorre (sindicado como un “nuevo Maradona”) y Gabriel Omar Batistuta.

Era una hoguera la “Bombonera” y allá fueron los guerreros, encabezados por Lizardo Garrido que fue ovacionado por su enorme presentación. Fue derrota 1-0 con tanto de Graciani de penal, pero había tranquilidad.

Claro, porque el Monumental era inexpugnable. Se mantenía el 0-0 hasta que a los 61″ aparecería Rubén Martínez tras enorme jugada de Marcelo Barticciotto (que había combinado con el “Coca” Mendoza) para definir de borde interno en la boca del arco de Navarro Montoya.

Cinco minutos más tarde, una postal maravillosa: Mendoza para “Pato” Yáñez por derecha que corrió ya con un hombro para la miseria. Sacó el centro con el alma y Barticciotto la clavó prácticamente “de revés” en el arco “Xeneize” para el delirio de las 65 mil personas.

Descontó Diego Latorre haciendo un “avioncito” y “puteando” al “Chano” Garrido, que se lo quería comer crudo. Ahí se calentaron los ánimos. Pero no había espacio para sorpresas: a los 82″, controló Rubén Martínez, la pisó, se mandó en diagonal, tiró la pared con el “Pato” Yáñez y se la “picó” con clase a Navarro Montoya para el 3-1 y la batahola provocada por la impotencia de unos que se creían “fijos” y salieron trasquilados. El más grande a la final.

LA GLORIA UN 5 DE JUNIO DE LA MANO DE LOS “OLVIDADOS”

Todos eran muy importantes en este plantel y quedó demostrado en el cierre, dado que la Copa llegó de los pies de dos que no sumaban muchos minutos.

Tras el empate 0-0 en Paraguay con Olimpia (que no era ninguna comparsa, pues había sido campeón en 1990 y subcampeón en 1989), Rubén Martínez se fue expulsado tras entreverarse con Cáceres. Es en Asunción donde Mirko le dice a “Lucho” Pérez “prepárate, que en Santiago eres titular”.

Y este no falló: a los 12″ y a los 17″ definió con maestría para que se comenzaran a encender las antorchas. Colo Colo era una orquesta hasta que el “Coca” Mendoza se sacaría prácticamente un brazo al caer mal, terminando en el hospital… Ingresó “Leo” Herrera, sí, el hijo de “Chuflinga”, al que le habían robado en 1973 junto a Carlos Caszely, “Chamaco” Valdés y otros insignes. Debía hacer algo que le quedó pendiente a su padre.

Minuto 82″ y ganó Barticciotto por derecha, como siempre. Sacó el centro y el “Leo” apareció destapado para pegarle de primera. Corrió hacia cordillera donde recibió el abrazo emocionado del “7”. El llanto de alegría se extendía por todo Chile.

El resto es historia conocida: Colo Colo campeón de América. Vaya hoy 5 de junio de 2011, a 20 años de la máxima hazaña del fútbol chileno, el recuerdo para todos estos héroes.

Para José Daniel Morón, Rubén Espinoza, Lizardo Garrido, Javier Margas, Eduardo Vilches, Miguel Ramírez, Marcelo Barticciotto, Raúl Ormeño, Ricardo Dabrowski, Jaime Pizarro, Rubén Martínez, Marcelo Ramírez, Juan C. Peralta, Leonardo Soto, Gabriel Mendoza, Sergio Verdirame, Patricio Yáñez, Sergio Salgado, Luis Pérez, Raúl Castro, Leonel Herrera, Alfredo Orteiza, Aníbal Valdivia, Milton Flores y José Letelier. Porque todos fueron importantísimos en este grupo, junto con el cuerpo técnico encabezado por Mirko Jozic, pasando por el gran canchero, Florencio Ceballos, hasta llegar a los guardias y administrativos de la época.

Gracias… Mil gracias Colo Colo por este sueño tan hermoso, ser campeón continental.