Héctor Tapia no fue campeón en la quiebra con Colo Colo y se tuvo que comer más de un cuestionamiento por haberse ido tras el equipo de Gustavo Benítez directo a Universidad Católica, pero pocos sabían lo que realmente hizo.

Y es que él y su familia, principalmente su padre, pusieron dinero de su bolsillo para ayudar al Popular en su momento más crítico. Nunca hizo aspavientos ni lo habló públicamente, pero con el tiempo se empezó a saber.

Por lo mismo, se hizo un lindo y justo gesto con el ex delantero antes del partido con Everton: en el codo Lautaro se colgó un lienzo con la figura de Tapia que decía “T. Tapia, gracias por la 23, la 30 y las que vendrán”.

La estrella 23 fue, precisamente, la de la quiebra, donde Tito no jugó pero fue parte desde otra esfera. Además, fue su camiseta de toda la vida. Y la 30 fue la que ganó como director técnico tras años de crisis que parecían no terminar.

Foto: Darío Sanhueza