Un insolito momento se vivió en el duelo de Chile ante Uruguay en el Estadio Maracaná. A los 22, Óscar Opazo jugó para atrás a Gabriel Arias. Luis Suárez con su clásica viveza, aprovechó el error y la duda del portero para interceptar el balón y sacárselo de encima.
Arias logró recuperar la posición y achicó de buena forma enviando el balón al corner. Hasta ahí todo normal, pero Suárez algo fuera de contexto pidió mano del arquero chileno. El uruguayo hizo el gesto con su brazo y el árbitro Raphael Claus ni lo miró.
¿Luisito confundió al portero con un jugador de campo? quizás o a lo mejor no entiende el reglamento o sólo quiso meterle presión al juez del encuentro.