Omar Labruna llegó a la sala de conferencia a dar la cara tras su infortunio, reconociendo que mintió y que el hecho fue “una estupidez”.

“Ayer comuniqué a Juan (Gutiérrez), como director deportivo y a la alta mesa mi equivocación con respecto al accidente. Venía al entrenamiento y pensé como un tonto que esto nos podía perjudicar en la concentración de playoffs. Me percaté que el chofer no estaba grave pero esto, como hombre, no puede ser. No es ejemplo para mi mujer, ni para mis hijos. Pido las disculpas del caso. Asumo mis responsabilidades y agradezco el apoyo de la institución. No puedo convivir con una cosa así, no es bueno para mí, no habla bien de mí ni para mis jugadores. Había un clima de incertidumbre en el vestuario y cuando veo el partido me siento responsable. Lo mejor es la verdad y declarar como cualquier hombre de bien. Esto no me tenía bien”, hizo el mea culpa.

Para cerrar el tema, agregó que “fui un tarado. Pensé que con el choque podía perjudicar a la institución. Uno se las da de inteligente y peca de bobo. Me pasó y asumo. Esto no se lo merece nadie, ni mi familia, ni Colo Colo, ni los jugadores, ni la gente que puede tener dudas de mi persona. Me sentí invadido, vi las noticias y es lógico. Uno es un personaje público. Gracias a Dios con el señor taxista estamos bien, él está bien y me haré responsable de los daños. Cometí el error de no tener los huevos bien puestos como para decir que tuve un accidente. Me sentí mal estos días. Dejé pasar el tiempo tontamente. Los jugadores me conocen y yo estaba bloqueado, se dan cuenta”.

EL PARTIDO

Ya pasando a la cancha, el adiestrador comentó que “Olivi está en muy buen momento. Hoy le tocó entrar a Mauro y fue desequilibrante. Hizo dos goles maravillosos y nos sacó de un momento donde no estábamos bien. A Mena veremos cómo lo reemplazamos”.

En el global, dejó en claro que “nadie se merece lo que nos pasó hoy. Asumo, aunque con Audax habíamos hecho dos correctos partidos. Esto nos tiene que servir, todos alrededor pensaban con quién íbamos a semis. Eso no puede ser. Uno no puede dar ventajas. Felicité a los rivales. Cuando te hacen uno y otro gol viene la intranquilidad. Eso nos pasó y con templanza lo pudimos dar vuelta. Pero está muy bien perdido”.

En el mismo tono, añadió de esta tarde de terror que “quisiera que nunca pase algo así. Uno siempre quiere el equipo de la mejor forma y como cabeza asumo. Este tipo de errores se pudieron pagar carísimo. No estoy feliz por la situación, pero los jugadores deben estarlo porque pudieron meter la llave. Y yo espero ya dormir tranquilo para meterme de lleno en lo que me corresponde como entrenador. No estoy acostumbrado y la incertidumbre me costó cara”.

Finalmente, Labruna prosiguió con la autocrítica: “Nos equivocamos, los dejamos manejar la pelota. Abrimos el partido de entrada y la confianza nos jugó en contra. Nos echamos atrás. En el entretiempo tratamos de corregir pero se dio una jornada desagradable, sin un equipo compacto, que perdía la pelota. Defendían con cuatro y nos dejaron seis arriba. Aprovecharon bien las situaciones y fueron justos ganadores. Esto nos debe servir de mucho. Haber quedado fuera hubiera sido un dolor enorme para la gente que no se merece esto. En la frialdad analizaremos, porque no sé si es el peor partido pero al menos hubo reacción cuando estábamos fuera”, concluyó.