La formación de jugadores es una de las mayores responsabilidades que debe asumir un club deportivo, si estos no contribuyen a su desarrollo, el fútbol simplemente dejará de existir. Son ellos los que nutrirán de jugadores a las ligas y selecciones nacionales de todo el mundo.

 

Se debe elegir adecuadamente a quienes lideren estos procesos y más en Colo Colo, que hace años no consolida una base de equipo con jugadores formados en casa como en épocas anteriores.

El elegido por Marcelo Espina para encabezar este nuevo ciclo es el argentino Ariel Paolorossi, considerado en su país como uno de los mejores en el trabajo con juveniles. Cuando se habla de él, nos referimos a un profesional que lleva 22 años de probada trayectoria en el fútbol formativo.

En conversación con DaleAlbo define que el problema de los jóvenes no es que haya cambiado el fútbol, sino que los tiempos y que sin la gente adecuada ellos nunca tendrán la ambición de ser jugadores ni menos defender al club que los forma. Ahondó en su estilo y la influencia que tienen los representantes.

En estos meses que llevas trabajando en el club ¿Cuál es su evaluación que hace de su trabajo en el club, coronado además con títulos?

Es positiva. Buenos futbolistas en la institución, muy buen grupo humano para el día a día, es decir profesores, entrenadores, la parte administrativa. Hay mucho para construir algo lindo. Los campeonatos no son del todo importantes, quizás ayuden a insertarlos un poco mejor a los chicos porque se motivan con los logros y puede ayudar a acelerar un poquito el proceso. Además, el hecho de ganarlos también es un reflejo de que hay materia prima para conseguir cosas.

 

¿Nos podrías explicar un poco en que consiste el proyecto 60-40?

La idea de los proyectos a largo plazo es tratar de nutrir al primer equipo con jugadores jóvenes. Que sean buena parte del primer equipo, porque es casi imposible hacer que el primer equipo sea netamente de la cantera, pero queremos que haya una gran cantidad de jugadores que vienen del fútbol joven. Se necesita tiempo para esas cosas, pero tenemos suerte de que haya jugadores con capacidad y algunos ya están insertados en el primer equipo, eso ayuda para que podamos seguir formando jugadores en la cantera del club, quiénes se reflejan en estos chicos que suben.

 ¿Con qué estilo o forma de jugar te identificas?
Lo tengo por mi trayectoria, pero lo que intento es lograr una línea de convencimiento hacia los jugadores y entrenadores. Tener una filosofía similar a la del primer equipo y de lo que ha sido la historia de Colo Colo. Hay que preparar jugadores ganadores, agresivos, que los defensores sepan jugar mano a mano, necesitamos delanteros incisivos, porque Colo Colo siempre tiene que atacar. Trato de mezclar lo que tengo en mi cabeza con la identificación de las instituciones donde uno va trabajando. Estando aquí me tengo que empapar de lo que es la historia de Colo Colo.

¿Cuánto influye en un joven que los procesos se corten por temas políticos?

Es complicado. se corta un proyecto. En mi caso que llevo cinco meses trabajando aquí, conociendo a todos los jugadores, si dejo mi cargo de jefe técnico y se van otros entrenadores, el que venga después tiene que volver a conocer todo lo que en este tiempo llevo analizado y ese tiempo se pierde. Los chicos sufren eso. Estos trabajos tienen que ser a largo plazo, porque son muchos años para que el chico juegue en el primer equipo. Son ellos  los que tienen que sostener a los clubes, los que dan frutos a las instituciones, las sostienen en el tiempo.

¿Cuáles son las condiciones óptimas que requiere un chico para trabajar?

Colo Colo te da todo. Hay infraestructura, campos para entrenar, pelotas, están todas las áreas de formación que se necesitan como nutrición, psicología, asistente social, hay gimnasios, buenos profes, entrenadores. Cuando tienes eso y materia prima adentro, esto funciona.

El trabajo con el fútbol joven no puede ser a corto plazo. Pero debido a que Colo Colo hace tiempo no tiene un plantel con base de jugadores de sus series menores ¿Sientes algún tipo de presión de que se vean resultados en poco tiempo?

No, presión no. Estoy acostumbrado a trabajar en el fútbol joven, sé cuáles son los tiempos y siempre uno depende de la gente que maneja las instituciones. En los lugares que estuve siempre trabajé de la misma manera y seguiré así. Me gusta el día a día con el futbolista, con la gente que trabaja dentro del proyecto, sé que hay que esperar el tiempo de los chicos. Todo lo que se apura no sale bien, cuando un chico no está formado adecuadamente no puede consolidarse en el primer equipo. Ahora si en lo inmediato se insertan, mucho mejor. Si en el menor tiempo posible empiezan a subir jugadores, bienvenido sea y acelera a lo mejor un poco el proceso. Pero los apuros no hacen bien, no olvidemos que trabajamos con adolescentes, con chicos y necesitan un proceso de maduración porque hay mucha diferencia entre el fútbol joven y el primer equipo. Ese escalón es muy grande, por eso hay que trabajarlo bien.

 

La sub 17 es una de las más prometedoras que se ha visto en años. Campeones en todos sus torneos de fútbol joven, 12 seleccionados y a pesar de las constantes bajas que sufren por la selección, siempre se las arreglaron para mantenerse sólidos ¿Cómo es el trabajo con ese grupo?

Indudablemente es una serie fuerte. Acá no paramos ningún partido, aunque se fueran los otros chicos a los microciclos. Que ganen tantos títulos a pesar de las bajas, habla de una serie competitiva, habla bien de los seleccionados y los que se quedan. Ellos deberían ser los modelos a seguir, es mi idea formar series así de competitivas, con dos jugadores por puesto. Eso genera una competencia interna que los deja mejor preparados para ir a la selección y al primer equipo. En cuanto a esta sub 17, después de tantos años trabajando, las veo a todas las series iguales, porque no se puede relegar una a la que no les citan tantos nombres. Ahora, si te llaman a tantos futbolistas es porque hay calidad y hay que destacar que hay tres jugadores de la serie 2003, lo que habla muy bien de ellos, porque están un poco adelantados en su maduración futbolística.

La sub 15 también está prometiendo bastante, ya fueron campeones como sub 14 y este año ratificaron su buen trabajo con otro título y 8 seleccionados ¿Cómo es ese grupo?

Es una serie muy competitiva. Siempre que van los jugadores a la selección es muy bueno. Hace bien a la institución, al grupo de trabajo y a los jugadores que disfrutan ponerse la camiseta del seleccionado nacional. Yo se lo dije a los chicos y también los felicité por esto.

¿ Cómo ves que en el actual plantel varios jugadores jóvenes formados en el club empiezan a gozar de protagonismo, como Morales, Suazo y Alarcón, quiénes fueron a Toulon, o Villanueva, figura ante Barnechea por Copa Chile ?

Yo creo que los proyectos integrales son los que hacen que surjan este tipo de efectos en los chicos que nombraste. El famoso 60-40 es eso que estás hablando. Los espejos nuestros, sobre todo para mí que recién llego, son esos chicos que nombraste. Trato de identificarme mucho con Villanueva, Morales, Alarcón, Suazo que por ahí tiene más recorrido que los otros chicos, con Provoste, con Ortiz, chicos que están dentro del plantel y con eso podemos tener una medida bien clara con los que vienen detrás como los de la generación 2001, 2002, 2003 y me parece que ese es el eje del proyecto. Me pone contento cuando ellos juegan, aunque son chicos que no los tuve, pero entrenaron hasta hace poco con los chicos nuestros.

 

Ya que hablabas de ojalá tener dos jugadores por puesto, indudablemente la mayoría no podrá llegar al primer equipo por un tema de espacio ¿Cómo se hace cuando hay tantos jugadores con potencial pero no todos tienen cabida en el primer equipo? ¿Cómo manejar su probable frustración? 

Con el día a día. Todo chico que hace cadetes sabe que no todos van a jugar en el primer equipo, es algo normal. Nosotros estamos obligados a darles todas las herramientas necesarias para ver si pueden ser futbolistas. Los formadores nos ponemos muy contentos cuando vemos muchos chicos de una serie que firma contrato en distintas ligas. Que, de una categoría de 25 jugadores, 15 firman contrato en algún club. No todos van a entrar al primer equipo, no todos se irán a Europa, no todos irán a la selección, pero si hay otros lugares donde el chico se puede desarrollar como jugador, que es por lo que ha luchado toda su vida. Entonces esa competencia interna hace que uno también nutra a todo el fútbol chileno de buenos jugadores.

En el tiempo que llevas en Chile ¿Qué diferencias aprecias en la formación entre Chile y Argentina? ¿Cómo lo hacen en Argentina para promocionar tantos jugadores?

Allá la competencia es más feroz en muchas cosas. Empiezan desde muy chicos a ser competitivos. En Buenos Aires hay una liga que se llama FAFI, que es de baby fútbol, y asusta esa competencia. Yo he trabajado en esa liga y no te das cuenta del daño que a veces les hacen a los nenes. Son competencias muy fuertes que enfrentan desde los 6 años para adelante. Acá en Chile no existe ese tipo de competencia, pero hay que matizarlo, ni tan bravo como lo otro, pero tampoco tan escuelita como acá en Chile. Eso hace que el jugador de acá tarde un poco más en la maduración, eso es lo que se puede comparar en los chicos. Lo otro es que en Argentina hay más ligas por ser un país más grande, lo que les da más salidas. En Chile si hay buena competencia, lo que tenemos que hacer es elevar el nivel competitivo e inculcar al jugador que sea más pasional, que tenga más ganas de ser futbolista. Qué miren fútbol, qué lo transpiren, qué lo vivan.

En Argentina hay mucha vida de club que le significa facilidades a los juveniles y sus familias. Por ejemplo, un apoderado va a ver a su hijo jugar por su club y puede dejar a sus otros hijos haciendo otros deportes, como basket, vóley, natación ¿Qué importancia o relevancia puede tener eso en un juvenil?

Aparte de lo que dices, en Argentina hay clubes de barrio, donde los nenes juegan mucho fútbol. Cada familia de Buenos Aires tiene un club a tres cuadras de su casa, entonces el nene se la pasa practicando. En Argentina hay un solo turno de colegio, entonces el chico termina las clases, se va a entrenar a Lanús o Argentinos, por ejemplo, y a la tarde se va a seguir jugando a su club de barrio. Eso también ayuda a su formación, porque juegan más fútbol, pero es porque tienen más horas libres para jugar. A lo social allá se le da mucha importancia, todos los clubes, incluso los de ascenso, tienen adentro tenis, básquetbol, pero son diferentes realidades. Allá sirve tener eso porque puedes meter a toda la familia adentro de un club.

Una vez declaraste en Argentina que antes era más fácil formar jugadores porque todo lo que querían era ser futbolistas. En cambio hoy tienen la cabeza en ser famosos o ganar dinero ¿Cómo lograr traspasar a un chico la ambición de querer defender la camiseta del club que lo forma con tanta influencia externa, como de algunos representantes, que les dicen que les irá mejor si se van?

Sigo sosteniendo ese mensaje, me críe así, lo viví como futbolista y me lo marcaron grandes coordinadores en Argentina. Hay que seguir diciendo lo mismo, a mí nunca me ha escuchado un chico que le diga ‘juega bien que vas a ganar tanto dinero que vas a poder ayudar a tu mamá y papá’, sino que me va a escuchar decirle que el tiene que ser jugador de la primera del club donde esté. Hoy deben tener la ambición de jugar en Colo Colo, no se puede traspasar otro mensaje. Las otras cuestiones están dentro del día a día, ahora hay muchas más voces que antes. Antiguamente estaba la voz del entrenador y era lo más fuerte que había para ellos. Hoy al nene le entran demasiadas voces en la cabecita y eso hace perder fuerza a la voz de nosotros que sólo los tenemos dos o tres horas al día. Ese mensaje tiene que ser claro todos los días, que respire fútbol, mame fútbol, qué mire fútbol, que sienta querer ser futbolista, querer hacer goles hasta en los reducidos, hacer una barrida, parar bien la pelota, que sea pasional, pero siempre para ser jugador del primer equipo. Que el resto venga después, cuando sean grandes y profesionales. Hay que recordarles que hay un gran núcleo de futbolistas que se ganan su vida con mucha menos cantidad que la que ganan Vidal o Alexis. Hay que desarrollarse con esa ilusión que tuviste de pibe, de ponerte una camiseta y que haya gente y te aplauda o te insulte si erras un gol, que te busquen para hacer una nota. En Colo Colo intento dejar en mi trabajo.

Estas distracciones que mencionas ¿Perjudican el potencial de los jugadores? 

Sí, por ahí en vez de estar jugando un partido, se ponen a jugar playstation. El celular no se usa sólo para ver si el técnico les manda una jugada, se usa para mandarse whatsapp y esas cosas influyen. En el medio tienen poco tiempo para jugar al fútbol, cada vez se juega menos en los barrios, porque hoy todos tienen acceso a la tecnología, el de mucho y el de poco dinero. Antiguamente no era así, la pelota reunía a 15 o 20 personas a jugar, eso atraía, el de poco dinero no tenía acceso a la tecnología para distraerse. La pasión por el fútbol tiene que salir del lado nuestro, los futboleros por excelencia. No hay que obligarlos, pero los tenemos que convencer de ver fútbol, que busquen ídolos, que quieran ser como ellos, ver si patean bien o mal, todo lo que pueda alimentar la ilusión de querer ser futbolista. Qué se reflejen en eso y no en querer ser jugadores para comprarse un auto, aparecer en los diarios, sólo en ser jugador.

¿Perjudican los representantes en los intereses de un club al buscar sacar a los jugadores a tan corta edad?

Hay que saber convivir con ellos, es parte de esto. Estoy acostumbrado a ellos y tenemos que saber manejarlos desde el club, hacerles entender donde está su lugar y que lo único que importa es el desarrollo del jugador.