Manchester City pasó de casi tener un penal a favor, a estar 1-0 en contra en su visita a Liverpool en Anfield. El equipo de Josep Guardiola reclamaba de Alexander-Arnold, que a su criterio era penal.
En la jugada de contra, Fabinho remató de distancia para poner el primero. Claudio Bravo no pudo estirarse para rechazar el remate.
La repetición mostró que antes de la mano la pelota dio en la mano de Bernardo Silva.