Mauro Olivi fue elegido el mejor jugador del 2010 por su gran rendimiento en Audax Italiano, esto le permitió ir a Colo Colo a mediados de 2011, en un paso que se extendió por tres años. En el Cacique, nunca pudo ser el mismo, pese a brillos en determinados momentos. 

El Pampa atiende el llamado de DaleAlbo y cuenta en qué está: "En Argentina (Jacinto Araúz), en mi pueblo natal, tengo mi casa acá, acá vivo acá estoy. Trabajando", adelanta el exfutbolista de 37 años.

Olivi asegura que está dedicado a la cria de animales: "Tengo campos y crio vacas, tengo algunos caballos. Fundamentalmente me dedico a la cria de vacunos. Eso por un lado".

Además es agente en Chile de Global Sports: "En la empresa con todo este quilombo, medio quieto. Estuve el otro día en Chile, me junté con algunas personas. También viajando a Buenos Aires, y ahora esperando para ver si se puede puede viajar a Chile a empezar a hacer unos trabajos para junio".

El exatacante profundiza en cómo ha afectado la crisis del coronavirus: "Ni hablar, con el tema de la representación está todo muy quieto. Hay mucha incertidumbre, porque no sabemos si van a terminar los torneos. Por la crisis económica que puede llegar a venir. No se puede ni siquiera programar algo o charlar con alguien o ver qué proyectos hay, que jugadores. Absolutamente nada. Está totalmente quieto, nadie mueve nada. En el grupo de WhatsApp que tenemos pasan tres, cuatro días que no hablamos".

"Hablamos con los jugadores que tenemos, de vez en cuando cómo están, pero eso es más personal. Después en los campos, tengo gente que trabaja ahí, pero no me puedo mover nada. Cada vez que salgo un poquito y voy para los campos, tengo autorización, una restricción de horario para ir y venir. Me pasé de las seis de las tarde, y ya tuve problemas. Es como que tienes una advertencia y después te meten preso", añade.

"Donde estoy yo son diferentes pueblos que están muy cerquita uno de otro. Cada uno tiene diferentes reglas. Hay un pueblo al lado que está completamente cerrado, no puede entrar gente, ni salir, más que por un solo lugar que hay un control. En mi pueblo desde las ocho de la mañana a las seis de la tarde puedes andar, pero te cruzan y te preguntan a dónde vas. Tiene que ser una manera justificada. Tuve que hacer declaraciones juradas para ir a los campos, porque tengo en diferentes lugares. Tengo que andar con las declaraciones juradas. Después de las seis de la tarde no se puede andar ni siquiera con autorización”.

Además se refiere a su abandono en el fútbol, tras jugar en Liniers y Villa Mengelle el 2018: "Dejé de jugar al fútbol, porque no me daban los tiempos para jugar y estar en el campo. No lo sufrí, ni lo extraño para nada. Viví un montón de cosas y estoy en mi casa. El único problema es que tengo mi hijo más chiquito, y lo extraño mucho. Por eso trato de ir a Chile, verlo y trabajar con jugadores allá. Mi actividad con la empresa es Chile, y es mi único contacto con el fútbol. Se dio hace poquito hace cinco o seis meses que estoy con la representación. En mi pueblo me joden para que vaya a jugar, trato de ir a un par de partidos, pero no lo extraño para nada porque estoy ocupado de otras cosas".

Por último no se muestra entusiasmado por ser entrenador: "Ninguna posibilidad hoy por hoy. No me gusta escupir para arriba. Tengo casi 40 años, tendría que estudiar, prepararme, y recién decir sale una posibilidad. Capaz que ganaría mucha plata siendo técnico, pero no me interesa".