Durante la tarde, Gabriel Ruiz-Tagle comentó a los medios mientras salía de una reunión que no hubo vínculos con la barra durante su mandato. “No es efectivo”, se limitó a comentar.
Más calmado, en diálogo con Radio Agricultura comentó que “nosotros apoyábamos traslados a regiones para que acompañaran al equipo en ocasiones puntuales. Conseguimos que los barristas pintaran el estadio, de ese forma hicimos nexos con ellos”.
Y a eso agregó que “ayudábamos con las banderas, bombos y todo se encaminaba a alentar al equipo. Había un vínculo con un sentido positivo, pero son números que no manejo, porque dependía del partido, en ningún caso se hizo para un sentido comercial”.
Explicando más aún el tema, dijo que “yo quiero que ustedes entiendan, yo no me siento responsable de nada, teníamos que desterrar la violencia, de otra manera no teníamos la posibilidad de que Blanco y Negro funcionara. Lo que hicimos fue apoyar las buenas prácticas de las barras. No me arrepiento desde una actitud que considero correcta y honesta, de buena fe”.
Al ser consultado por un supuesto “centro de operaciones” o, derechamente, negocios con el líder, tiró, para cerrar, que “Pancho Malo es una persona que tenía un liderazgo que no comparto, que había tenido problemas con la justicia. Yo no tenía posibilidades con quién entendernos, él estaba ahí, él mandaba, habían como 100 piños, y eso es algo que existe hace mucho tiempo, ustedes saben que era una barra brava, y que era parte del poder político en el club. Él no tenía oficina, jamás, hay un mito ahí, tampoco tenía sueldo”.