Ya han pasado más de 15 años desde que la concesionaria Blanco y Negro administra los destinos de Colo Colo. La declaración de quiebra en enero 2002 y una posterior administración a través de síndicos permitió la elaboración de un contrato de que entregó la administración del fútbol profesional a la sociedad anónima. 

Primeros años auspiciosos, principalmente por los resultados deportivos, tetracampeonato y una final de la Copa Sudamericana. Trajo como consecuencia la venta de jugadores formados en casa, Claudio Bravo, Jorge Valdivia, Gonzalo Fierro, Matías Fernández entre otros, que recaudaron más de 40 millones de dolares. 

Sin embargo, transcurridos los años la administración comenzó a flaquear y los resultados deportivos no se repitieron. Más de 10 años estuvo el elenco popular sin avanzar de fase en la Copa Libertadores, aparecieron números rojos en las arcas de la concesionaria, lo que trajo como consecuencia menor inversión en el plantel e infraestructura.

En la actualidad Blanco y Negro, presidida por Aníbal Mosa, tiene a Colo Colo en la última posición de la tabla y con una crisis económica que arrojó perdidas por más de 2.200 millones en el balance 2019, según lo informado a la CMF, y se prevee un cierre del 2020 poco auspicioso debido a los escasos ingresos que ha generado la pandemia. 

Esto ha llevado a una baja de las acciones. Sus valores históricos alcanzaron los $320 y hoy no logra superar los $177, situación que ha sido una constante durante el año.

Esta situación ha llevado incluso a uno de los máximos accionistas, Leonidas Vial, a pensar en vender su paquete accionario. Sin embargo, es difícil que alguien pueda realizar una oferta que satisfaga al empresario y no se descarta que la acción siga bajando. 

Es importante considerar que solo restan 15 años de concesión y por contrato los últimos cinco años las utilidades a repartir solo podrían llegar al 30% de estas.

“Durante los años vigésimo sexto, vigésimo séptimo, vigésimo octavo, vigésimo noveno y trigésimo, BNSA no distribuirá dividendos provenientes de utilidades líquidas del ejercicio inmediatamente anterior ni del que estuviese en curso por sobre el treinta por ciento de tales utilidades o mínimo legal, cualquiera fuere mayor según la legislación que esté vigente”, señala la clausula undécima del contrato de concesión. 
 

Esta situación solo podría variar en caso de que se pague la totalidad de la deuda tributaria, escenario muy poco probable ya que la deuda alcanza los 12 mil millones de pesos. Escenario poco atractivo para cualquier inversionista. 

El futuro de Blanco y Negro es muy incierto e inclusive el valor de la acción podría llegar a su mínimo histórico durante los próximos años.