Una dura noticia golpeó duro al mundo durante esta jornada de miércoles 25 de noviembre de 2020: A los 60 años edad murió el argentino Diego Armando Maradona, uno de los astros y leyendas más importantes en la historia del fútbol.

El Diego se descompensó en su hogar en Argentina acompañado por su familia, y pese a que arribaron seis ambulancias para intentar animarlo, un paro cardiorespiratorio terminó por quitarle la vida.

La noticia ha generado un impacto mundial a nivel generalizado, donde nadie ha quedado ajeno a un hecho que sin duda enluta fútbol. Todos lloramos un poco con la partida del Diego.

Claudio Borghi, compañero del 10 en la selección argentina campeona del mundo en México 1986, entregó sus palabras a la memoria del astro, mostrándose evidentemente dolido por la partida de uno de los jugadores que más admiró en su vida.

“Disculpen, no es el mejor día, pero vale la pena conversar un poco. Nunca fue íntimo amigo de Diego, pero somos salidos del mismo club, Argentinos Juniors. Ahí todos entrenamos en el mismo lugar, compartimos. Él era cuatro años mayor que yo, me conoció de muy chiquito, había una cercanía. Tuve contacto con sus hermanos menores, Lalo y Turco, que son de mi edad”, señaló Bichi en Chilevisión/CNN.

“Trataba de no molestarlo, de no acecharlo como todo el mundo. Siempre fue muy cariñoso. Uno siempre esperaba que a Diego le pasara algo medio complejo después de la operación, uno se asustaba muchísimo cuando sonaba el teléfono y ahora era nada más y nada menos que por su muerte, de un tipo que tenía defectos, pero muchísimas más virtudes. Lo único que pedía era disfrutar una vejez que no pudo tener”, agregó.

En ese sentido afirmó que “los argentinos a veces somos criticados por perdonarle todo a los ídolos. Tengo dos imágenes de Diego: un tipo cariñoso, especial, la única diferencia con los otros mortales que compartimos cancha es que siempre luchó y quiso demostrar que era el mejor. Esa capacidad la tiene muy poca gente. No quiero ser egoísta con los que estuvieron antes y después, pero nunca vi a alguien que hiciera lo que hacía Diego. Lo recuerdo jovencito, antes de que arrastrara multitudes y se divertía muchísimo”.

EL PESO DE SER MARADONA

Además, el Bichi analizó la vida del astro argentino, esa que le privó de vivir de momentos básicos para los seres más terrenales, como tomarse un café para conversar o simplemente caminar por una calle.

“Todos cooperamos como para que tuviera una vida compleja. Esto de ir a un café, sentarse en una plaza, ir al cine, ir a comer, él no lo podía hacer. Pero esta fama le encantaba. Era libre, pero tenía un vida tras las rejas, porque muchas cosas no podía hacer. Me gustó verlo los últimos años con reconocimientos, en Argentina. Un chico que salió de una villa misera muy pobre y entró entre los mejores de la historia. Es una pena que nos haya dejado este gordo querido, pero no podemos hacer nada salvo recordarlo con mucho cariño”, declaró el ex entrenador albo.

Para complementar señaló que “pude compartir con él varias giras y la única vez que lo vi ser libre fue en 1985 en Los Ángeles, Estados Unidos, fuimos a jugar un partido por el gran terremoto de México. Uno ahí y otro en Puebla. Estábamos al frente el estadio donde los Lakers juegan al básquet, los gringos no veían mucho fútbol, lo conocían pero no había este acoso. Con esto quiero graficar lo importante de la privacidad. Yo soy un gozador de café, de juntarme con amigos, Diego no lo podía hacer. En Nápoles su señora, Claudia, decía que iba a comprar ropa de noche, no podía ir de día”.

“En Barcelona tuvo ese contacto con la motivación que tienen los hombres de encontrar ‘cariño’ en otras cosas, no en alguien que te quiera. Podía estar rodeado por mil personas, pero creo que se sentía solo. No hablé con él últimamente, pero se hablaba de alcoholismo. Necesitaba ‘estimulaciones’, ‘compañía’ para olvidarse, para borrarse de la faz de la Tierra consumiendo cosas que no son agradables. Ahí daba mensajes y no fueron escuchados por la gente que lo rodeó”, agregó.

“Este tipo era una catarata de hacer dinero. Ahí se empezó a acercar la gente más interesada en lo económico que en lo humano, se separó de sus hijas, de su señora. Apareció un Diego comercial y dejó de ser humano”, concluyó el Bichi.