El paso de Guillermo Paiva por Colo Colo fue breve, pero suficiente para dejar una marca en la memoria de los hinchas, pese a que no marcó todos los goles que se quisieran. El delantero paraguayo, que se ganó el cariño del pueblo albo por su entrega y garra en cada partido y, además, es más recordado por el pésimo momento de Salomón Rodríguez. Hoy sonríe y vive un presente soñado en Junior de Barranquilla con diez goles y tres asistencias a lo largo de la temporada. Sin embargo, tanto él como su familia siguen mirando con nostalgia lo que fue su etapa en Macul.
En diálogo con AS Chile, su esposa, Yessenia Riveros, abrió su corazón y confesó cuánto significó Colo Colo en sus vidas. Sobre su arribo a la ciudad colombiana, contó que “al principio, a Guille le costó un poco por el clima cálido de Barranquilla, porque venía de Colo Colo y Santiago es totalmente distinto. Pero se adaptó rápido y hoy es muy querido. Más allá de los goles, que gracias a Dios se le están dando, lo que siempre lo destaca es la garra y el corazón que le pone en cada club”.
Sobre la experiencia de vivir en Colombia, reconoció que la adaptación no fue fácil, pero lograron salir adelante unidos. “Al principio siempre cuesta adaptarse, porque llegas a un país y a una ciudad nueva. Entonces, toca aprender su cultura, su idioma, sus comidas… Pero gracias a Dios, nos adaptamos súper bien y nos sentimos muy a gusto”.
Junto con lo anterior, reveló que siguen atentos el devenir de Colo Colo y que, “siempre que podemos, vemos los partidos. Guille quiere mucho a los colocolinos. Siempre se emociona y me cuenta que le escriben comentarios muy lindos. Tanto él como yo estamos muy agradecidos por todo ese cariño que seguimos recibiendo hasta hoy. Respecto al mal momento que vive el equipo, es normal, así es el fútbol. Pero Colo Colo es un equipo grande y seguramente las buenas van a llegar”.

Guillermo Paiva vive un momento soñado tras salir de Colo Colo. | Imagen: Junior de Barranquilla.
La difícil salida de Guillermo Paiva de Colo Colo
En el Cacique decidieron no hacer uso de la opción de compra de un millón de dólares del ex Olimpia y, finalmente, tuvo que partir de Macul. Esto no fue fácil. Según cuenta Riveros, “cuando supimos que teníamos que hacer maletas e ir a Paraguay, y que no volveríamos, nos costó mucho, porque ya nos habíamos acostumbrado al club, a Chile y a todo. Él tenía muchas ganas de quedarse, pero las cosas no se dieron. Igual, gracias a Dios terminó dándose lo de Junior, un club con gente tan linda como la de Colo Colo”.
Más allá de la nostalgia que tiene por su paso en Pedrero, la señora de Guillermo Paiva confesó que “siempre se extraña al club y a un país al que le agarras tanto cariño. Vivimos un año allá y es un país hermoso en todo sentido. Obvio, pensamos volver a Chile, así sea de vacaciones… Tenemos muchos amigos y gente querida allá, además de hermosos recuerdos del país. Siempre será lindo volver a Chile”.

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En su paso por el Cacique, el paraguayo alcanzó a disputar 44 compromisos con la camiseta del Eterno Campeón, disputando 2.612 minutos en cancha. En total, fueron cinco goles y cuatro asistencias las que entregó el delantero, siendo el tanto a Fluminense en Copa Libertadores, quizás el más recordado en su estadía.