A lo largo de la historia, el Estadio Monumental se ha caracterizado por formar un ambiente insoportable para los visitantes. Con el público encima de la cancha, los hinchas que copan el recinto de Macul se encargan de hacer sentir la presión a los rivales y, muchas veces, se transforma un factor importante a la hora del juego.
Pero no muchas veces ha pasado que esto afecte a los propios árbitros, quienes tienen ciertas dificultades para desempeñar sus funciones. Así, por ejemplo, el exárbitro FIFA, Rafal Sanabria contó una sabrosa anécdota sobre lo que es arbitrar en el recinto de Pedrero con un estadio repleto de forofos.
En conversación con ESPN, el colegiado colombiano (que anticipaba la previa del partido entre Chile y Colombia), comentó que es el Estadio Monumental, “de los estadios que yo recuerdo, donde más hay ambiente. Yo recuerdo que un partido de Supercopa entre Colo Colo y el Nacional de Uruguay de Recoba, eso fue el 97 si no estoy mal o 98, donde yo estaba a 10 metros y no escuchaban el sonido del silbato los jugadores”.
“Tenía que hacerlo dos o tres veces para que lo escucharan porque a toda hora la gente cantando, gritando. Eso me pareció muy emocionante porque no en todos los estadios se ve, y así se vivió en esa época, y fue algo muy bonito que siempre lo recuerdo”, complementó.
¿Cuál es el partido de Colo Colo que habla el árbitro?
El partido al que hace referencia el colegiado es uno por los octavos de final vuelta de la Copa Libertadores en 1997. En aquella oportunidad, el Cacique cayó por 2 a 1 ante el elenco uruguayo que tuvo como goleador a Fernando Kanapkis y a Miguel Sanabria, mientras que el descuento, que a la larga le sirvió al Popular para clasificar a la siguiente ronda, fue obra de Fernando Vergara.
Aquella tarde, el conjunto de Gustavo Benítez formó con Claudio Arbiza en el arco; Francisco Fernández, Pedro Reyes, Juan Carlos González y Francisco Rojas en defensa; Emerson Pereira, Marcelo Espina, Mario Salas y José Luis Sierra en el ataque; Fernando Vergara y Héctor Tapia en delantera.
En la siguiente etapa, los Albos se enfrentaron a Universidad Católica, logrando un global de 4 a 3, para clasificar a la semifinal ante Cruzeiro. La historia es conocida, y, en una dramática definición, el conjunto de Macul terminó cayendo mediante lanzamientos penales.
