Agustín Orión: Cumplió en lo poco que fue requerido, como el zapatazo de Alejandro Camargo apenas iniciaba el partido. Luego estuvo bien descolgando un par de centros.
Matías Zaldivia: Comenzó errático en la salida, fallando varios balones. Luego se afirmó y aportó con correcta marca.
Juan Manuel Insaurralde: El mejor del fondo, una vez más. El Chaco ha demostrado solidez por bajo y por alto y hasta se dio maña para salir jugando y llegar hasta área contraria en una acción. Terminó jugando de 9 por si salía algo y tuvo dos, tal como ante Palestino.
Fernando Meza: Qué buena noticia tenerlo de regreso y mejor aún verlo con confianza, yendo con pierna fuerte y sin temor pese a la gravedad de la lesión que padeció. Para el tiempo que llevaba fuera, cumplió de buena forma.
Óscar Opazo: Fue uno de los que se durmió en el marcaje zonal en el gol de Jean Paul Pineda. Intentó algunos arrestos ofensivos pero no fueron suficientes, se le notó que sintió el partido en la altitud.
Jaime Valdés: Transitó por el mediocampo mucho más estacionado de lo normal y no gozó de gran precisión. Con su calidad se espera que encare en algún momento o meta un pase preciso de larga o corta distancia, pero no pudo hacerlo.
Gabriel Suazo: Se lo había llevado Jean Meneses poco antes del gol y al principio del partido despejó al centro regalándosela a Alejandro Camargo en la que obligó a Agustín Orión a volar. Por contrapartida tuvo un buen cierre promediando el segundo tiempo.
Brayan Véjar: Bajo. No tuvo esa explosión en el último cuarto para limpiar a un rival en mano a mano, salvo una inofensiva insinuación en el primer tiempo, y se complicó con los desbordes de Meneses en el segundo tiempo. Era una buena opción para mostrarse.
Benjamín Berríos: Voluntarioso, corrió, trató de apretar la salida de la UdeC pero no tuvo esa cuota de desequilibrio necesaria en la zona ofensiva en la que se desenvolvió.
César Pinares: No estuvo muy activo, pero cuando la tomó cerca del área de la UdeC siempre le caía uno para pegarle. Tanto que lo terminaron lesionado y ya venía disminuido físicamente tras el golpe en un isquiotibial de la pierna izquierda que lo dejó fuera del partido ante Bolívar. Tuvo que ser reemplazado.
Octavio Rivero: Se iluminó y sacó un zapatazo para el 0-1 parcial cuando Colo Colo no tenía muchas ideas. El resto del partido estuvo desasistido y también sintió el rigor del partido a mitad de semana, pero viene a buen nivel físico y futbolístico.
(40’) Branco Provoste: Entró en la posición de Pinares para buscar filtrar un balón o buscar un remate de media distancia, pero no lo consiguió nunca. Si bien estuvo correcto al recuperar un par de balones, su función principal era la de generar y Colo Colo no generó.
(72’) Jorge Araya: Entró para tener más el balón en el mediocampo y para intentar dar una salida más limpia y buscar cerrar con una arremetida rápida, pero salvo un balón que abrió a la derecha y que pudo ser interesante, mucho más no se vio.
(80’) Nicolás Orellana: Entró porque Jean Meneses ya había sobrepasado mucho a Brayan Véjar, pero no tuvo mayor acción.
DT Pablo Guede: Es válido jugar “feo” o buscar el resultado si se te abre el arco en un partido cerrado en ciertas ocasiones, más después de bajar de vuelta al nivel del mar tras un encuentro exigente a 3.600 metros de altitud como el que tuvieron Orión, Opazo, Zaldivia, Insaurralde y Rivero (y ese fue el motivo para dejar fuera a seis titulares como Carmona, Baeza, Barroso, Paredes, Valdivia y Campos, todos con alguna molestia, no por el duelo en 13 días ante la UC). Bien lo sabrán los propios Cruzados de Beñat San José, que con eso llevan canasta completa. El problema es que transitar por esa cornisa no admite errores y Colo Colo se desaplicó mal en el tanto del 1-1, dejando solo a Jean Paul Pineda en un balón detenido. Además, dejó una sensación de desidia en ciertos momentos del encuentro, como dando por sentado que el encuentro estaba cerrado, sin contar que en ofensiva no pudo producir prácticamente nada. Muy al debe para un 11 que, si bien era mixto, era más que competente como para hacerle frente a una U. de Conce que no venía de mostrar mucho. Y si bien estaba controlado y el Campanil no llegaba (los albos tampoco, valga resaltar), nunca se puede desatender una jugada y menos una de táctica fija. El Cacique no hizo un buen partido y, además, se vio perjudicado por tres fallos arbitrales groseros como la no expulsión de Luis Pedro Figueroa, el offside que le cobraron a Rivero cuando se iba mano a mano para el 2-0 y para qué decir el “penal”. Quizás el justo “castigo” a la indolencia exhibida era el 1-1, pero la derrota fue demasiado. Como sea, ahora es donde tiene que lograr que el equipo deje como un mal recuerdo lo pasado en el Ester Roa tal como pasó con Temuco, porque lo próximo será ante la UC, donde él no estará por haber sido expulsado, y ante Delfín por la Copa Libertadores, ambos en el Monumental.