Justo Villar: Más no puede hacer. Responde en las que tiene que hacerlo, comete un par de errores como todos pero es el único que hoy demuestra jerarquía.
Damián Malrechauffe: Recio, poco pulcro, quizás sin mucha técnica pero dentro de todo, cumplidor. Cometió un penal por llegar a relevar a sus compañeros de zaga de manera desesperada a la zona izquierda de la defensa, donde ya no estaban Vilches y Domínguez.
Christian Vilches: Tuvo algunas buenas y otras muy débiles como cuando le regaló un balón a Roberto Gutiérrez que terminó en un peligroso tiro libre. Es el reflejo de un Colo Colo que se ve consumido por la presión en el Monumental.
Lucas Domínguez: Muy inocente en la marca, algo lento y poco claro para salir. Se llevó palabras de grueso calibre por parte de Esteban Pavez por regalar un balón en lo que pudo ser un buen avance de Colo Colo.
José Pedro Fuenzalida: Salvo un par de remates tibios no llegó con peligro hasta el arco tricolor. Absolutamente bloqueado por Diego Rosende.
Fabián Benítez: Prueba del desorden táctico que presenta Colo Colo cuando se enreda con la presión es que muchas veces en el primer tiempo terminó generando fútbol él, algo que no le corresponde salvo apoyar.
Esteban Pavez: Sólo mostró algo cuando quedó con Emiliano Vecchio al lado en posición de ocho. Ahí se ve más, en la refriega y tocando algún balón limpio a un compañero que ande cerca. Si va a jugar de volante mixto necesita participar más de las jugadas en ofensiva y dar otras alternativas cuando el 10 esté bloqueado. Punto aparte para la jugada donde la botó en señal de juego limpio cuando Roberto Gutiérrez estaba simulando. Actitud de “niño bueno”, pero de una falta de “viveza” ante la adversidad que da bronca.
Nicolás Crovetto: Esteban Carvajal, si bien no hizo tanto daño por su sector, se dio maña para contenerlo y evitar cualquier acción ofensiva suya.
Emiliano Vecchio: Fue maniatado de buena manera por Carrasco y Tamburrini. Nunca pudo encontrarse salvo en un par de jugadas, como en la que terminó en el palo de Crovetto o la que tuvo y sacó Quezada al córner. Cuando desaparece, con él lo hace Colo Colo. Nadie más genera.
Felipe Flores: Sólo tuvo una buena, que terminó con Emiliano Vecchio mano a mano con José Quezada en, quizás, la más clara. El resto fue perder el balón, ir a la refriega sin sentido y mostrarse poco y nada pese a sus ganas. Ya le han dado muchísimas oportunidades.
Nicolás Canales: Lento, tosco en los movimientos, trató de batallar pivoteando algún balón pero nunca generó algo salvo una mediavuelta fallida que le quedó para la derecha.
(45″ET) Emilio Hernández: Pasó del congelador a una eventual solución de un partido cerrado. ¿Qué pasó? Obviamente nada. Se aburrió de perder pelotas en ofensiva.
(45″ET) Mauro Olivi: Diagnóstico parecido al de Hernández. Tras ser expulsado ante San Luis fue buscado como un abrelatas que no fue nunca salvo un centro fallido.
(70″) Javier Toledo: Por último pelea. Tuvo, junto con la de Vecchio, la más clara al estrellar en un poste.
DT Gustavo Benítez: Había encontrado algunas respuestas con un 3-4-1-2 pero al verse con nuevas interrogantes enfrente no supo cómo resolverlas. Lo lógico indicaba que tras el primer tiempo, donde Tamburrini y Carrasco tenían tomado a Vecchio y sobraba un delantero, ingresara Jason Silva sacando a Felipe Flores para dar otra alternativa y abrir las marcas. En vez de eso, optó por un “cortado” y sin fútbol como Emilio Hernández y por otro que debería estar en el congelador por una expulsión irresponsable como Mauro Olivi. Luego sacó a Nicolás Crovetto para enviar en ataque a Javier Toledo cuando el partido ya era cualquier cosa. Ese desconcierto táctico y que, además, no de la cara tras las derrotas no puede ser. Respeto se le tendrá siempre por lo que dio en su momento por Colo Colo, pero se debe analizar el presente y ese hace cuestionarse si con este método hay retorno. Su estilo frío y pragmático parece no ser entendido por un plantel de “niños buenos” (por no decir otra cosa), que carecen de esa viveza y temple necesario para sacar a un equipo grande de un pozo que parece no tener fondo.
Foto: Agencia UNO