“Toca y anda, ¡no te quedés mirando, Wilchez!” “¡Por qué jugás de líbero Toro!” “¡Bien arquero (por Francisco Prieto)”… Esas fueron algunas de las arengas que lanzó un activo Américo Rubén Gallego en su primer entrenamiento al mando de Colo Colo, siempre al medio de las acciones, parando el juego enfadado cuando no hacían lo que se pedía y motivando constantemente a sus pupilos.

Fútbol reducido para los que jugaron poco o no vieron acción ante Palestino y trabajo regenerativo para el resto fue lo que dispuso el DT, dando antes una extensa charla a puertas cerradas.

Luego llegó a la sala de prensa para analizar que ayer “mejoramos en lo defensivo, fuimos un poco imprecisos en la definición pero el 3-0 fue bueno. Hay que trabajar mucho”.

De lo que viene, comentó que “le vi el partido al Táchira con el Santos, ellos empataron así que tenemos muchas posibilidades. Colo Colo salió a jugar de igual a igual con Cerro, en Paraguay es difícil con la humedad, te riegan la cancha. No resultó. Voy a hacer un esquema que esté a la altura del rival del turno”.

Del polémico partido suspendido ante Huachipato dijo que “para mí es beneficioso no jugar el sábado porque es bastante difícil la ruta del avión si no viajábamos el viernes. Eran muchísimas horas de vuelo. Además, me da tiempo de trabajo con el equipo. En lo administrativo no me meto. En Argentina me pasó. A los equipos que juegan Libertadores y a las selecciones hay que ayudarlos, lo lamento por Huachipato, pero ya está”.

EL PRIMER DÍA DE TRABAJO

“Hoy quería hacer fútbol con algunos jugadores y los muchachos que no jugaron pero las lesiones lo complicaron. Ayer tuvimos que hacer tres cambios en el entretiempo, inaudito, fue terrible y el equipo salió a flote igual. Me gustó alguna actitud, algunos jugadores entraron muy motivados. Jugaron bien pero en el segundo tiempo me sorprendió Salcedo, un “5” que jugó realmente muy bien. El equipo mejoró pero los goles que hacemos tenemos que defenderlos a muerte”, destacó de inmediato con nombre y apellido a uno de sus pupilos.

Luego adelantó que habrá problemas por la banda derecha, dado que “Fuenzalida, Ormeño y Magalhaes no están. Ayer jugó Cabión que no venía jugando ahí, es volante, pero esta necesidad tenemos que cubrirla”.

¿Qué siguió? Prácticamente ratificar a sus dos puntas: “Con Paredes y con Miralles hablé para que tuvieran confianza en sus condiciones. No sé si hay un equipo con el poder ofensivo de Colo Colo y eso que algunos no están derechos. No jugamos al pelotazo, hay jugadas preparadas”, expresó.

¿Y en el medio? “Con Jorquera y Millar tenemos dos buenos jugadores que pueden lanzar buenos pases. Ellos tienen que alimentar a Miralles y Paredes. Nos falta un poquito, estamos lentos en las reacciones. Atacamos con cuatro y cinco y vuelve uno solo. Ese es un error y hoy lo hablamos con Paredes. Ahora el que lanza conmigo va a acompañar y no estaban acostumbrados”, disparó.

De paso, notó que “la moral ayer era diferente, embromé con algunos jugadores. Me considero un motivador que va al frente, leal, soy honesto algo que es difícil en esta profesión. Encontré felicidad. Me van a apoyar, los más grandes tienen que ubicarlos los más chicos”.

Y siguió con una “bomba”: “Voy a elegir un nuevo capitán, siempre en mis equipos los he elegido yo”, lanzó avizorando el fin anticipado del corto “reinado” de Rodrigo Millar, aunque podría darse que lo ratifique. ¿Candidatos? Ni luces aún.

Su sistema de juego es claro: “Con tres en el fondo juego cuando tengo dos carrileros netos. Si no, juego 4-2-3-1, 4-3-1-2 o derechamente 4-4-2”, espetó añadiendo que lo eligieron por sobre otras opciones “no porque les caí bien, sino que mi proyecto puede ser importante. También es un desafío mío, quiero dejar huella, promover muchos juveniles, no sólo ser campeón. No me achico en nada, pongo los juveniles y no hay problema”.

Para finalizar, dijo que de Cagna no iba a hablar aprovechando para saludarlo y desearle lo mejor, que al “despreocuado” “no me parezco en nada y tampoco a Pekerman. Ellos son más tranquilos y yo tengo otro temperamento” y llenó de parabienes a Claudio Borghi en su nuevo desafío en la Selección. La mano de Américo Gallego ya se siente en el Monumental.