Esteban Paredes se lleva todas las miradas en los partidos y en los entrenamientos. Cerca de media hora estuvo un día esta semana firmando autógrafos y comentó por qué lo hizo… Hasta un conejo le regalaron.
“Me gusta, porque la gente se va feliz y yo me siento bien. Cuando era chico, entre 10 y 12 años, vine a un tour al Monumental y me saqué fotos con el Chano Garrido, el Coto Sierra, con Vergara. Por eso lo entiendo. Venía con unos amigos de Cerro Navia, y a veces tenía que pasarme por la reja. El Monumental se llenaba y toda la gente estaba expectante. Me subía a la reja. Y ahora me subo, pero del otro lado”, sentenció en diálogo con El Mercurio.
Además, recalcó que a diferencia de cuando partió “se respira un aire distinto, no como antes, que todo era malo. El equipo entrega todo en la cancha, todos corren, y eso adentro uno lo siente. Se ve que el equipo quiere y está dispuesto a jugársela por el compañero. A lo mejor, eso antes no pasaba. Ahora estoy de vuelta por cosas importantes, ganar la copa, ir a torneos internacionales, que la gente se identifique de nuevo con este equipo”.
Por lo mismo vivió de manera especial su primer tanto ante Huachipato. “Vi que Nery Veloso se tiró y que no llegaba. Y cuando escuché celebrar a la gente, di un salto. Le quería pegar por arriba, salió a media altura, y gracias a Dios entró. Estaba tan concentrado, que viví el gol aquí adentro, conmigo, y después lo celebré con mis compañeros y la gente”, comentó.
Asimismo, sentenció que “ser campeón en el equipo que a uno le gusta es algo fuerte, algo lindo. Sentir tanta pasión y que la sangre te corra por las venas. Es una alegría que no se puede controlar. El título acá fue el que más disfruté en mi carrera (…) En México soñé que estaba jugando por Colo Colo y que hacía dos goles, no me acuerdo contra quién. Quería volver para sacar la institución adelante”.
LA 30
Llama la atención el dorsal que escogió teniendo otras opciones. “Es que soy un tipo al que le gustan los desafíos, y este lo es. Estaban la 9, la 33 y dos números más. Y dije, por qué no la 30, y la pedí. Me la voy a jugar, hay que tener huevitos para llevarla. No pesa más. Yo juego con el corazón cada partido y estoy tranquilo, porque el desafío no es solo mío, sino que también de mis compañeros y de la gente”, explicó sin problemas.
Y ya se fijó una meta. “Como delantero, uno siempre tiene la responsabilidad de anotar y no se puede esquivar. Uno puede decir “voy a hacer 20 goles”. Pero hay partidos en que no voy a hacer ninguno y me van a marcar muy bien. Puede darse el caso de que haga 10 goles, (Gonzalo) Fierro 6 y Felipe (Flores) 4. No siempre seré el goleador, quizás se repartan. Pero si hago 15 goles, es probable que seamos campeones. Puede ser así”, analizó.
Al finalizar, comentó un quiebre con Claudio Borghi mientras el Bichi dirigía la Selección. “Es algo pasado para mí. Al final nunca me dieron las razones por las que no me citaron más. Yo digo que fue por los premios (por no aprobar el nuevo acuerdo al respecto). Porque otras circunstancias no me caben en la cabeza. Pero te repito que eso ya es pasado”, remató.
Foto: Agencia UNO