“Este año debemos comprar menos y mejor”, ha sido la única autocrítica que ha hecho Blanco y Negro respecto a los “refuerzos” que han llegado en los últimos años a Colo Colo, donde ha destacado el número, lo poco conocidos y el escaso nivel mostrado por la mayoría.
La “poda” alba la abre el portero Nery Veloso, que llegó como gran nombre para el arco albo, pero que tuvo pocos minutos y cuando pudo demostrar sus condiciones tras la lesión de Prieto en Canadá y asegurar la titularidad, no lo hizo y terminó relegado como tercer arquero, tras Raúl Olivares. ??
Difícil explicar qué le pasó al arquero revelación del 2009, quien anteriormente estuvo a punto de llegar a Pedreros, pero finalmente los dirigentes impusieron a Prieto por sobre el ex Huachipato. Al parecer, el indio en el pecho pesa y a Nery, le pesó en demasía.
Matías Quiroga llegó a Colo Colo en el verano a expresa petición de Hugo Tocalli. Hubo problemas con el pase, el Cacique estuvo a un paso de ir a la FIFA por el pase del volante que terminó de lateral.
Finalmente arregló e inexplicablemente, Tocalli lo utilizó muy poco. Tras la dimisión de “Don Toca” y el positivo de Roberto Cereceda, el “Facha” tuvo que ir a ocupar el lateral izquierdo, puesto donde nunca se acomodó y nunca rindió.
Ahora se despide de Colo Colo con un par de goles a su haber, pero dejando serias dudas del “jugador joven, que promete mucho y será un aporte” que prometió la dirigencia a principio de año.
Gino Clara llegó a Chile con el cartel de “promesa del fútbol argentino y gran figura de Huracán”, al parecer, los regentes de Blanco y Negro se confundieron, pues esa descripción es la de Pastore, quien hoy triunfa en Palermo de Italia.
Clara tuvo pocos minutos, es cierto, pero basta con eso para darse cuenta que no es más de lo que mostró. Muchas bicicletas intrascendentes que terminaban, por lo general, con el pobre flaco en el suelo víctima de algún foul.
Muy poco para un jugador que llegó con el cartel de promesa y fue ícono del nuevo modelo de negocio de las Sociedades Anónimas Deportivas: la triangulación entre clubes.
Lo de Cristián Canio es curioso. El de Nueva Imperial en club que jugó hizo goles y fue figura. Si bien no era el nombre potente que la hinchada esperaba, para el medio local, pintaba para buen refuerzo.
Finalmente jugó poco y nada y cuando lo hizo no anduvo, al parecer llegó para no perder la costumbre de contratar a al menos un jugador representado por Carlos Morales en el semestre.
Se quedan en Colo Colo los dos refuerzos pedidos explícitamente por Diego Cagna, Javier Campora y Lucas Wilchez.
Wilchez fue de mas a menos, deslumbró en un principio con sus fintas y amagues, pero se fue diluyendo con el paso de los partidos y terminó fuera del once estelar por rendimiento.
El caso de Campora es particular, resistido por los hinchas, se ganó el apelativo poco ortodoxo de “Callampora”, sin embargo, en las pocas veces que jugó, hizo goles.
Anotó tres en aquella noche de la eliminación ante Universitario de Sucre, marcó el empate en el clásico y ayer con palomita incluida se despachó el segundo del Popular en la triste despedida. Cagna lo va a esperar.
Está archi dicho que Arturo Sanhueza no sigue en Colo Colo y que su compañero en el mediocampo, Rodrigo Meléndez tampoco continuaría, merced de una oferta de Cobreloa.
Finaliza contrato también Roberto Cereceda, que tras el doping positivo por cocaína, espera el resultado de su defensa en la Conmebol. De ser absuelto, como se rumorea, “Choro Rober” recibiría el pase y quedaría como jugador libre.
Jorge Carrasco en tanto, finaliza su contrato con un problema con los dirigentes, para el ex Audax, su contrato debería expirar en junio y no en diciembre como dicen en Pedreros. Ahora debe conversar con los dirigentes y aclarar el tema.