Este año ha sido lejos el peor de Sebastián Toro en Colo Colo, desde que debutó exitosamente el 2009 convirtiéndose en revelación y figura de la zaga del último título albo.
El 2010 bajo la conducción de Diego Cagna, jugó la mayoría de los partidos e incluso fue convocado por Marcelo Bielsa a varios amistosos de la selección nacional.
Todo indicaba que Toro sería el gran caudillo de la defensa alba, pero no. En los primeros partidos de este año se le vio muy mal compartiendo zaga con Alayes y Scotti.
Tras la salida de Cagna, vino su expulsión ante San Felipe y Luis Pérez lo borró. Luego, tras una indisciplina, fue “cortado” por el campeón de América durante su interinato en la banca popular. De ahí en más, jugó tarde mal y nunca.
Las lesiones y enfermedades que lo afectaron durante este año tampoco lo dejaron jugar mucho.Pese a esto, Claudio Borghi lo convocó a la selección para el debut eliminatorio, pero no pudo viajar a Buenos Aires producto de una sinusitis que lo aquejó.
Ya con Basay en la banca, el canterano fue citado al banco en varios partidos, pero sin jugar, y tras los incidentes del clásico y la correspondiente sanción, ni siquiera se volvió a vestir de corto.
Sabiendo que jugar iba a ser muy difícil, Toro pidió ser enviado a préstamo y esto ya está por concretarse, pues el defensor partirá en las próximas horas a Iquique, para ponerse a las órdenes del técnico Fernando Vergara.
Mucha suerte para Sebastián y esperemos que un año lejos de casa lo ayude a madurar y a su regreso sea el crack que prometió cuando fue campeón con Tocalli en la banca.