Un absoluto papelón se vivió en el Estadio Bicentenario Municipal de La Florida. Cuando Colo Colo ganaba por 1-0 con gol de Esteban Pareedes, delincuentes lanzaron bombas de estruendo al campo de juego dejando hasta con un trauma acústico a Renny Vega.

Se llamó a la cordura por los altoparlantes pero nada: cayó otra más y Jorge Osorio mandó a desalojar la galería norte. No accedieron y se informó que el partido se suspendía.

Otros antisociales empezaron a sacar butacas mientras había hinchas decentes y niños llorando pagando las consecuencias de sus acciones. Carabineros se preocupó de retirar a familias mientras a su lado otros personajes destruían las instalaciones.

Con el sector vacío se esperó para reaundar el compromiso mientras en las inmediaciones del estadio los desmanes no se hicieron esperar.

Una vergüenza y no sólo por los tipos que lanzaron objetos, sino también por los que alguna vez ampararon todo esto financiando y ocultándolo. Hoy muchos en cargos importantes no sólo del fútbol, sino que del país.