Una mañana movida se vivió en el Estadio Monumental. El CSD Colo Colo realizó su asamblea ordinaria de socios, donde se dio a conocer el balance del año, la memoria y, además, se trataron diversos temas de interés en los hinchas del Cacique.
Desde un principio, la reunión fue con los ánimos caldeados. Socios y socias le recriminaron a la directiva la manera en cómo se gobierna la corporación y pasaron cuenta por las pérdidas económicas que se han sufrido en el último tiempo.
También hubo espacio para la votación. Respecto a la cuota social, que en la actualidad es de $5.000 para la Región Metropolitana y $3.000 para los de regiones, se llamó a sufragio para mantener o subir el valor del pago para cada mes.
Así, con un 54,66% de las preferencias, los socios y socias de Colo Colo aprobaron la idea de mantener el valor de la cuota social para el próximo periodo. Mientras tanto, el 45,34% de los electores se inclinaron por rechazar la propuesta del Directorio Nacional. Cabe mencionar, que el universo de electores es de un poco más de once mil, pero sólo votaron 1.138 personas.
Carlos Caszely, socio honorario del CSD Colo Colo
En medio de la encendida junta de socios, el Directorio Nacional aprovechó de rendir homenaje a uno de los máximos ídolos de la institución. Así, Carlos Caszely fue recibido con aplausos y se le dio el estatus de socio honorario. El Chino, bastante emocionado por el momento, aprovechó de dar un discurso que lo dejó al borde de las lágrimas.
“Me cuesta bastante, por el cariño y el respeto del colocolino a este hombre que cuando venía para acá recordaba que hace 65 años, ustedes no nacían, me puse una polera de Colo Colo allá en el Club Hípico donde entrenaban los cadetes“, comenzó diciendo el Rey del metro cuadrado.
“Ahí empieza ese peregrinar, por tantas historias maravillosas que me entregó este club. Yo lo conocí como Club Social y Deportivo Colo Colo allá en Cienfuegos 41, cuando tres veces a la semana, lunes miércoles y viernes, habían doctores y dentistas para atender a todos los que no podían ser atendidos. Esa época en que llegabas un lunes en la tarde para tomar una taza de té o un sándwich, esa casa histórica de Colo Colo donde fui el único hombre que me casé en esa sede, con una compañera maravillosa que duró conmigo 50 años. Me cuesta mucho venir para acá“, complementó entre lágrimas.
“Cuando me dijeron que querían hacerme socio honorario, les dije ‘no quiero interrumpir la reunión de ustedes’, porque sabía que una lágrima iba a rodar en mi cara. A veces son lágrimas de felicidad, a veces de tristeza, pero lo que me mantiene en pie, insisto, es el cariño y respeto de ustedes, a este hombre que ya pinta canas”, culminó.