Brayan Cortés: Se quedó muy estacando bajo los tres palos en el gol de Henrique, quien cabeceó sin mucha dificultad en el área chica. Logró contener algunos remates de distancia y cortar centros, pero nuevamente estuvo al debe a la hora de entregar seguridad.

Óscar Opazo: Perdió varias pelotas en la salida, no entregó seguridad en defensa y no aportó en el ataque. Su lesión terminó por redondear un partido para el olvido a uno que hace rato dejó de mostrarnos lo mejor en el puesto.

Felipe Campos: Mala fortuna en su autogol, donde de tanto luchar en la marca terminó desviando el balón al arco de Cortés. Sin embargo, terminó de cuadrar un buen partido, formando una dupla de centrales más que confiable con Insaurralde. Fue el único que remató al arco e hizo trabajar al portero rival cerca del final. Habla bien de Campos, pero pésimo de sus compañeros.

Juan Manuel Insaurralde: Pudo hacer más en el tiro de esquina que terminó en el auto gol de Campos, pero lo mismo, terminó de despejar pelotas claves y aguantando dentro de lo que se pudo en defensa.

Ronald De la Fuente: Curioso, pero en su presentación más digna terminó saliendo en el entretiempo. Los goles no pasaron por su banda y seríamos injustos en decir lo contrarios. Jara lo sacó por Vejar, probablemente buscando más ataque y proyección, algo que finalmente no vimos.

César Fuentes: Correteó bastante, pero sin marcar diferencias en el quite y sin gravitar en el mediocampo. Lo retrocedieron en la segunda mitad para evitar una catástrofe mayor que el 2-0, algo que a la postre se “cumplió” al ahorrarse una goleada mayor.

Gabriel Suazo: El autogol fue un fiel reflejo de su partido. Un cara y sello muy notorio en comparación al duelo ante Peñarol de la semana pasada, donde fue una de las figuras del equipo. Por duelos así todavía es cuestionado y resistido por los hinchas. Poca pulcritud para entregar la pelota y uno de los responsables de lo inconexo que se vio el equipo.

Matías Fernández: Acá hay que ser claros. Los hinchas albos eternamente estarán agradecidos por lo mostrado por Matías hace ya lejanos 14 años, donde probablemente para una generación entera de seguidores es el mejor jugador que han visto con la camiseta de Colo Colo puesta. En ese sentido hay que decir que la realidad duele, pero finalmente siempre libera, por lo es válido pensar en que simplemente no está para la alta competencia y que por lo mostrado en esta jornadano se ve un futuro muy prospero en el primer equipo.

Matías Fernández tuvo un discreto cometido en esta joranda. | Foto: Getty Images

Marcos Bolados: De lo mejorcito en el ataque, aunque claro, rematando algunas pelotas de forma horrible cuando el centro era la mejor opción. Bajó a defender bastante y cuando había que subir simplemente no estaba para aportar un poco más.

Javier Parraguez: Un naufrago en el ataque, tal y como se ha visto el puesto cuando no está Esteban Paredes. Salvó un par de triangulaciones en la segunda mitad y un cabezazo donde le cobraron falta en ataque, no fue mucho más su aporte.

Pablo Mouche: Lesionado con cinco minutos de juego, algo que hacía presagiar la verdadera pesadilla que viviría el equipo en el duelo. Por lo que se ve sufrió un desgarro, por lo que hay que hacerse la idea de no verlo en algunas semanas en acción.

Leonardo Valencia: Ingresó por Mouche y se ubicó en la banda, su puesto “más natural” en el ataque. Sin embargo, no logró generar mayor peligro y hasta de enfrascó en una discusión donde terminó por ganarse la tarjeta amarilla.

Brayan Vejar: Reemplazó a De la Fuente, se supone, para aportar un poco más en el ataque. Lamentablemente no logró aportar en esa faceta.

Felipe Campos fue el único que remató al arco de Athletico Paranaense. | Foto: Getty Images.

Carlos Carmona: Ingresó para darle mayor seguridad al Cacique para evitar una goleada de proporciones, algo que mirando el resultado final logro cumplir en la medida de lo posible.

Bryan Soto: Reemplazó al lesionado Óscar Opazo y se ganó una tarjeta amarilla por una patada. Mostró personalidad en el mediocampo corriendo y quitando, algo que se agradece.

Gabriel Costa: Ingresó por Mouche en la recta final del partido agotando los cambios de Gualberto Jara. Fue demasiado poco el tiempo como para “intentar” algo en ataque.

Gualberto Jara: Afrontó el partido con una cantidad de bajas importantes y se encontró con dos goles en contra en cosa de minutos. Con hechos así cualquier planificación se distorsiona, pero es de esperar que desde la banca exista algo de astucia a la hora de realizar cambios para cambiar el trámite del partido, algo que lamentablemente fue inexistente en esta pasada. Se guardó más con el 2-0 en contra para evitar una goleada mayor, algo que viendo el resultado final pudo lograr, pero quedará esa sensación de que no lo hizo de entrada. Se puede jugar de chico a grande, se puede afrontar un duelo así visitando a un brasileño, pero hacerlo sin actitud y con una pasividad alarmante es lo preocupa. Colo Colo no tiene alma y desde la banca tampoco aportan eso.