Si bien los Juegos Olímpicos pueden parecer lejanos a todo lo que tiene que ver con el mundo Colo Colo, lo cierto es que eso está bastante alejado de la realidad. Edición tras edición, diferentes exponentes albos han ido a defender a Chile, e incluso a otros países, en sus respectivas disciplinas, con distinto nivel de éxito.
En esta edición, más allá de que ni la Roja femenina ni la masculina clasificaron a la cita, si habrá representantes ligados a otros deportes. Kristel Köbrich, Esteban Grimalt, Hugo Catrileo, Clemente Seguel y Thomas Briceño son algunos de los fanáticos albos que buscarán brillar en París 2024.
Pero si nos remontamos más atrás, el lazo entre los Juegos Olímpicos y Colo Colo data de hace 96 años. Desde la edición de 1928, solo tres años después de la fundación del Popular, un grupo de colocolinos viajaron a Europa para representar a Chile, y cómo no, al club fundado por David Arellano.
En Amsterdam, Países Bajos, por primera vez en la historia un seleccionado chileno de fútbol se presentaba en unos Juegos Olímpicos. Sin Mundiales, la cita de los cinco anillos era en ese entonces la única que reunía a equipos de diferentes partes del orbe y, por ende, era la más importante en el mundo del fútbol.
La historia de los ocho primeros representantes de Colo Colo en unos Juegos Olímpicos
Juan Ibacache, Víctor Morales, Ernesto Chaparro, Guillermo Saavedra, Carlos Schneeberger, Guillermo Subiabre, José Olguín y Jorge Linford, conformaron la lista de 17 jugadores que representaron al seleccionado chileno dirigido por el inglés Frank Powell.
Había pasado poco más de un año desde la muerte de David Arellano y Colo Colo ya daba luces de grandeza en el fútbol chileno. En ese 1928, el Cacique había conformado un gran equipo, que finalmente se terminó coronando campeón de la Liga Central de Football.
Muchos de estos jugadores habían participado de la gran gira de 1927 por Europa y América Latina. Gira en la que falleció el gran David Arellano, quien de seguro habría estado en la nómina chilena de los Juegos Olímpicos.
Los ocho albos ya mostraban ese roce internacional, que se les había calado hondo tras los largos meses que pasaron jugando amistosos durante el año anterior. Por lo mismo, fueron tenidos en cuenta por el DT de la época para también liderar a la Selección.
La Selección Chilena y su primera experiencia en unos Olímpicos
Sin embargo, la experiencia no fue positiva. Por esas cosas del destino, Chile quedó emparejado contra Portugal para jugar una fase preliminar en esos Juegos. La Roja perdió 4-2 y con ello quedó automáticamente fuera de la competencia. Sin embargo, para justificar el viaje, la organización planificó un par de duelos de consolación, los cuales también tienen el carácter de oficial para los registros.
Ahí, Chile venció por 3-1 a México y luego de eso igualó 2-2 ante el local, Países Bajos, que también había sido eliminado tempranamente de la competencia. Dicho torneo fue ganado por Uruguay, que hasta el día de hoy señala que se trata de un torneo equivalente a una Copa del Mundo.
La cita sirvió como preámbulo para el torneo que se jugó en tierras charrúas dos años más tarde, también con presencia chilena y, cómo no, colocolina. Sin embargo, es cierto es que no todos jugaban en igualdad de condiciones.
Varios países, a esas alturas, ya contaban con torneos profesionales (no así Chile, que se profesionalizaría en 1933), pero solo podían asistir con jugadores amateurs, por el carácter propio de los Juegos Olímpicos. Así, la injusticia provocó que se organizara, por fin, un certamen mundial y profesional con las mejores selecciones del mundo.
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