Una danza de nombres se ha tomado el mercado de pases de Colo Colo en los últimos días. Si bien todavía no se confirma a ningún refuerzo, la expectativa crece en torno a los jugadores que se puedan incorporar pensando en la temporada 2025.
Dos de los que han sonado en las últimas jornadas han sido Matías Marín y Franco Zanelatto. Uno, es un joven jugador chileno, que actualmente viste los colores de Belgrano de Córdoba. El otro es peruano-paraguayo y quedó libre tras vestir los colores de Alianza Lima.
De características distintas, Franco Zanelatto y Matías Marín supuestamente llegarían a cubrir necesidades distintas en el plantel. Zanelatto es para jugar más en la delantera, mientras que Marín cubriría la zona de volantes que quedó poco protegida tras las salidas de Carlos Palacios, Leonardo Gil y Gonzalo Castellani.
Sin embargo, según información de DaleAlbo, ninguno de los dos son opciones reales para potenciar Colo Colo de cara al 2025. Ninguno de los dos llegará y el hecho de que sus nombres ronden en el Monumental responden a un fenómeno similar: manejo de representantes.
La realidad detrás de las opciones de Marín y Zanelatto en Colo Colo
Ambos jugadores fueron ofrecidos por sus respectivas casas de representación para que Colo Colo estudie la posibilidad de ficharlos. En ninguno de los dos casos se trata de un interés del propio Cacique o, eventualmente, de Jorge Almirón.
El DT quiere ir por cuatro nombres calados para potenciar el plantel y solo ficharán a un jugador tipo “apuesta” en caso de que se presente la oportunidad de mercado que convenza a Blanco y Negro, Daniel Morón y también al propio Jorge Almirón.
Ninguno de los dos jugadores cumple con esa característica más allá de que Zanelatto esté libre. El entrenador quiere un nombre importante para reemplazar a Correa y pese a que Perú consideran que el ex Alianza Lima posee un futuro importante, este no termina de convencer en el Monumental.
En tanto que, en el caso de Marín, que está más cerca de llegar a Universidad Católica, creen que se trata de una maniobra del representante para subir el potencial sueldo que este pueda ganar en San Carlos de Apoquindo. Sin embargo, en Colo Colo no lo miran como opción real.