Gustavo Benítez dijo adiós al Estadio Monumental. El ex estratega albo emitió un breve comunicado sin aceptar preguntas y arrancó diciendo que “así como un día me presentaron hace poco más de cuatro meses ahora vengo a despedirme. Un día dije que la situación si se presentaba insostenible iba a ser el primero en darme cuenta y dar un paso al costado. Por el bien del club. Y ese momento ha llegado. Los entrenadores estamos expuestos a esa contingencia. Me ha tocado a mí ser devorado por este monstruo que es Colo Colo”.

Asimismo, agregó que “ayer por la tarde hablé con la persona que me trajo acá, que hizo las gestiones, don Arturo Salah. Y nos pusimos de acuerdo que lo mejor para todos era dar ese paso al costado. He fracasado en la Sudamericana, en la Copa Chile. Y a pesar de haber puesto lo mejor de mi repertorio como entrenador, no le he encontrado la vuelta para sacarle el mejor rendimiento a los jugadores en el Torneo de Apertura. Aunque haya trabajado con la mayor honestidad posible”.

Y no se quedó ahí. A diferencia de otros adiestradores que han salido, no disparó contra la dirigencia. Al contrario. “Me hubiera gustado volver a ser campeón con Colo Colo, pero no se ha dado y sólo Dios sabe por qué ocurren las cosas. Quiero darle las gracias a Blanco y Negro, a todos los componentes de su organigrama. Hemos recibido un siete en cuanto a logística para trabajar. A Arturo Salah, como amigo. Al plantel por su respeto y su trabajo”, reflexionó.

Finalmente, un mensaje para la gente y un recuerdo de un colega suyo. “Le pido perdón a todos los colocolinos por no haberles dados alegrías, por no haber estado a la altura como entrenador de este club. Me viene a la memoria una última frase en una situación parecida hace unos años del que fue seleccionador chileno, Xabier Azkargorta: “Muerto el perro, se acaba la rabia””, concluyó con los ojos llenos de lágrimas antes de pararse y retirarse, por última vez, de la sala de prensa del Estadio Monumental.

Foto: Agencia UNO