Mucho se habla de la dificultad que ha tenido Colo Colo en el último tiempo de poder consolidar jugadores que vengan de sus series menores, donde se achacan a errores del club, pero también a la actitud que los chicos han mostrado influenciados por los agentes.

En conversación con DaleAlbo, Braulio Leal hizo una mirada muy crítica a lo que demuestran los juveniles e hizo un contraste a cómo lo vivían en su época, cuando, además, el club no podía darle mucho por su situación de quiebra.

“Si es completamente diferente de ese tiempo al de hoy. Tiene que ver con la sociedad que vivimos. Colo Colo está inserto en la sociedad, los juveniles son muy diferentes, se ha malformado a los futbolistas jóvenes, por un montón de situaciones, los representantes. Cuando jugaba en el fútbol joven estaba prohibido tener representante”, contó.

Apuntó también a cómo los jugadores jóvenes le dan tanta importancia a lo material, expresando que “hoy día te das cuenta de que los futbolistas jóvenes tienen representan es de antes. Tú ves llegar a los juveniles de Colo Colo y llegan en auto, yo me compré mi auto a los 22 años. Uno tiene que jugar y consolidarse primero”.

Leal aprovechó de contar como una penuria que debían sortear los cadetes albos se convirtió en una motivación para llegar al primer equipo. “Las cosas hay que ir ganándoselas. Antes cuando llovía no había sintético, había maicillo. Yo ahí miraba que el plantel entrenaba igual en pasto natural, entonces mi sueño era llegar a entrenar con lluvia, pero en una cancha de pasto, que no se nos quitara esa posibilidad porque lloviera o ir a la cancha cuatro donde se hacían pozas. En esa cancha los profes nos hacían tirarnos piqueros, como el Walo Miguez”, relató.

Pero no sólo apunta a la mala influencia de los agentes, también culpa a “las redes sociales. Le hacen mucho daño al futbolista y al joven, hay un ego tremendo. Los representantes también terminan por hacerle daño al jugador joven. Lo ponen en un lugar que no está y que no es".

Finalmente, dejó como recado que hay que luchar por lo que se quiere, pero manteniendo respeto por la trayectoria de los demás. “Las cosas hay que ganárselas. Primero hay que consolidarse para exigir. Me acuerdo cuando llegué al camarín del plantel y el utilero me dijo ‘vos que hacis aquí’, le tenía miedo hasta el utilero, ni hablaba. A los más grandes siempre le tuvimos respeto. En un camarín antes había dos tres jugadores jóvenes y resto grande. Ahora son más jóvenes que grandes”, completó.