Brayan Cortés: Necesitaba un partido con el arco en cero y con un par de intervenciones seguras, como la contención de un remate de Misael Dávila a poco del gol de Esteban Paredes y el achique a Mauro Caballero. Se le deben haber pasado mil fantasmas con el globito de Pablo Aránguiz, pero para su fortuna se fue desviado.

Felipe Campos: Correcto partido del Murci. Sin tanta proyección pero, cuando pasó, lo hizo con criterio. Firme en la marca y limpia salida.

Julio Barroso: Faena tranquila para el Almirante, que mostró buen anticipo, correcta salida y buen posicionamiento.

Juan Manuel Insaurralde: Hacía un partido redondo hasta el minuto 90, donde salió el falso y dejó solo a Pablo Aránguiz con Brayan Cortés. Afortunadamente, el hispano desvió. Más allá de esa jugada puntual, fue muy importante en el segundo tiempo cuando Unión insistía en buscar por aire a Caballero.

Óscar Opazo: Pese a estar algo disminuido físicamente por una fuerte gripe, el Torta mostró por izquierda mejores cosas que las que venía mostrando por derecha, curiosamente. Buena profundidad, correcta finalización con buenos centros, muchos de ellos de izquierda. Bien.

Carlo Villanueva: Así se espera verlo siempre, activo, pidiendo la pelota, sin esconderse, más allá de si juega bien, mal o regular. Metió un pase profundo muy bueno para Paredes, se mostró como alternativa y profundizó bien en el primer tiempo.

Gabriel Suazo: Algo impreciso por momentos y vehemente para algunos balones, como el que le costó su quinta amarilla que lo dejó fuera del próximo partido. Bien desacomodando lo suficiente a Aránguiz en la final.

Jaime Valdés: Ha tenido un buen regreso el Pájaro. Muy buenos primeros minutos, muy activo y comiéndole la espalda de manera constante a Seymour y Pavez Contreras, que no encontraban la manera de pararlo a él y a Villanueva. Muchas veces se cargó por derecha, aprovechando muy bien la espalda de Pavez Muñoz.

Marcos Bolados: Éste es el Bolados que se esperaba hace mucho en Colo Colo. Activo, profundo, incisivo, buenos centros, rápido, encarador. Alternativa más que cierta para la titularidad así y aprieta a Costa cuando vuelva Mouche.

Esteban Paredes: Tocó la primera y a cobrar. Jerarquía. Necesario tanto para él, que no marcaba de mayo, como para el equipo que necesitaba recobrar la confianza de cualquier manera. “Amenazó” con hacer historia en más de una ocasión pero la lucida presentación de Diego Sánchez se lo impidió. Pero ya recuperó el poder de fuego, es cosa de tiempo.

Gabriel Costa: Apretó bien en la jugada donde nació el gol tempranero de Paredes, se perdió un gol solo al querer darle con un pie en vez de cabecearla y habilitó de manera notable tras guerrear abajo a Paredes que obtuvo una buena respuesta del Mono Sánchez. Si bien no despuntó ni provocó tanto desequilibrio, cuando retrocedió pudo ayudar con voluntad.

 

(73’) Branco Provoste: Entró para dar más número en el mediocampo tras el ingreso de un Mejía que estaba haciendo daño con su buena pegada. Al rato se comió una patada que Bascuñán consideró roja para el colombiano. Se mostró más que ante O’Higgins, pero se espera una cuota más de profundidad dada su buena técnica.

(89’) Javier Parraguez: Ingresó porque Esteban Paredes pidió el cambio. Igual tuvo una que contuvo un Diego Sánchez inspirado.

(90’+2) Andrés Vilches: Sólo entró para quemar algunos segundos.

 

DT Mario Salas: Propuso a los punteros más retrasados que en otras ocasiones, dejando muchas veces un 4-1-4-1 con Suazo sobrando en el medio, a Bolados con Costa en la línea de Villanueva y Valdés y por ahí le comieron la espalda todo el primer tiempo tanto a Seymour con Pavez Contreras como a los laterales de Unión, propiciando, seguramente, lo más vistoso de Colo Colo en este segundo semestre. En el complemento, la visita atacó un poco más con Rodrigo González por derecha y los cambios de frente de Mejía, pero la roja -injusta- para el colombiano tumbaron a los de Nano Díaz que, de todas formas, tuvieron esa del final con Pablo Aránguiz por una mala salida del Chaco Insaurralde. Colo Colo necesitaba el triunfo como el agua, dando hasta lo mismo la forma, pero el primer tiempo, sobre todo por lo que se había vivido, muestra un camino algo más halagüeño tras semanas muy aciagas.