Francisco Prieto: Lo más importante de su actuación no fueron las voladas portentosas, esas “para la foto” que se les llama, sino que cuando Gracián tomó los hilos y Cobreloa pudo empatarlo, estuvo soberbio para taparle abajo un bombazo a José Pérez que era el 2-2. También sacó el cabezazo de Sergio Comba que era el descuento con minutos aún por jugar. En resumen, cuando el rival pudo encontrar vida, él le quitó la oportunidad. Y no era fácil con su falta de ritmo.
Álvaro Ormeño: Buen partido del lateral. Salvo quizás un par de cierres tardíos cumplió en ese aspecto y también en lo ofensivo, donde generó junto a Gonzalo Fierro por la derecha.
Christian Vilches: Impecable. Bien por arriba, impasable por abajo, despejó lo que se encontró y no le dio espacios a los delanteros rivales.
Luis Mena: Ordenado junto al Quili, atento para cruzar abajo y sólo pasó zozobras cerca del fin del primer tiempo, cuando los loínos se arrimaron al arco de Francisco Prieto.
Juan Guillermo Domínguez: El mejor partido de Carachito en Chile. Atento para cerrar y en el segundo tiempo impecable en la faena ofensiva. De sus pies nace el tercero, tuvo otro de un picotón, trianguló bien con De La Fuente y Vidangossy y aprovechó los espacios. Quedan ganas de verlo con tres en el fondo y con menos funciones en defensa.
Gonzalo Fierro: Correcto encuentro del Joven Pistolero que volvió al gol en partidos oficiales con la camiseta que lo vio nacer. Hace harto rato viene afinando la pegada, lo vimos preciso ante la U. de Conce y hoy, además del golazo, metió buenos centros y cambios de frente. Salió algo resentido y seguramente no estará en Copa Chile para evitar sobrecarga, pero poco a poco vuelve a ser el que conocimos.
Fernando De La Fuente: Cumplió absolutamente y por pasajes hizo recordar los buenos tiempos de Arturo Sanhueza. Bravo en el quite, impecable en la entrega y se nota una notoria mejoría en lo físico, al igual que en todo el equipo. Sólo se vio sobrepasado al cerrar la primera etapa, donde quizás extrañó un acompañante en el momento que empezó a jugar el Tano Gracián. En el resto , perfecto.
Mathías Vidangossy: Que haya sido de las figuras es gran mérito de Omar Labruna, que lo aguantó y lo respaldó jugando entre volante y puntero izquierdo. Muy bien en los movimientos, ayudó en el relevo a Domínguez en defensa y se acercó a lo que uno espera de un jugador con su habilidad.
Facundo Coria: Lo más rescatable del argentino es que ayuda en el quite, en el equilibrio y pone voluntad para cooperar donde el equipo lo necesite. Recibió todas las patadas de Cobreloa y puso bien la pausa, aunque aún le falta afinar el último pase y buscar más a sus compañeros.
Carlos Muñoz: No estuvo muy preciso en el desmarque aunque sí aguantó bastante. Primer partido donde él no es el que se tiene que echar toda la responsabilidad de los goles encima y eso le debe significar un alivio. Como sea, sigue siendo el referente en el área de Colo Colo.
Felipe Flores: Emocionante verlo celebrar su gol arrodillado y besando el escudo. Dijo que jugó todo por no desaprovechar otra oportunidad en su casa y lo demuestra con muchas ganas. Ya había tenido la intención y ahora agregó un tanto. Que siga en esa senda.
(61″) Rodrigo Millar: Aún le falta entrar en ritmo porque si bien estuvo bien en el desahogo, a veces se le vio sentir un poco la intertemporada que realizó con Jorge Fleitas.
(70″) José Pedro Fuenzalida: Al contrario del Chino, pareció no sentir el trajín de los duros trabajos físicos. Se mostró con su velocidad habitual y combinó en un par de ocasiones con Álvaro Ormeño buscando con centros a los delanteros.
(74″) Roberto Gutiérrez: Busca con muchas ganas el gol pero eso lo traiciona y a veces no toma las mejores decisiones. Marró un cabezazo apretado por la defensa pero luego descargó bien en una contra que terminó con Sebastián Roco sacando de la línea un envío de Carlos Muñoz. Aún está detrás de Felipe Flores en conjunto con Mauro Olivi en la lucha por ser titular.
DT Omar Labruna: Se la jugó por mantener un funcionamiento y hoy las mejorías se vieron reflejadas en la cancha. Hubo triangulaciones, desdoblamiento por los costados, toques al vacío y trabajo reflejado. Aún falta mucho, pero al menos se siguió en la curva ascendente mostrada en desempeño en La Serena. Que así continúe.