Pablo Guede dejó diferentes recuerdos en su paso para Colo Colo. Parte de los hinchas del Cacique agradecen los cuatro títulos que ganó y otros no olvidan el campeonato perdido ante la U y la derrota frente Delfín en Copa Libertadores.

El argentino también marcó por sus cábalas: San Expedito en el banco, la ruda en el Estadio Monumental, que fue una idea del PF, Octavio Manera y agua bendita. El propio DT se encargó de desclasificar este ritual, donde su asistente Agustín Salvarrieta se encargaba se rociar con líquido bendecido. 

“Me llena de orgullo lo que hacía Michael Ríos, que es un crack. Se iba a Valparaíso a buscar el agua bendita. Y ahí venía con el agua y yo qué le iba a decir. Lo abrazaba, le daba un beso, porque mientras estaba lesionado, aportaba su granito de arena para poder ganar. Y si la gente lo quiere vender, que lo venda, pero yo a él lo adoro”, dijo en conversación con La Clave.

El estratega de Morelia, valoró el aporte del jugador fuera de la cancha: "Después de las lesiones que tuvo, venía a las concentraciones para estar con sus compañeros. Estuvo siempre con nosotros, lo quiero un montón, porque en los momentos más difíciles que nos tocó en el plantel estuvo presente”.

Guede cerró con una reflexión sobre el tema de las cábalas: “Hay 30 personas en un camarín y todos tendrán la suya. Si a los que te rodean les gustan esas cosas y las quieren hacer, yo no se las voy a impedir. Claro, pero si falla la culpa es mía”.