La historia comenzó así: durante el partido con Unión Española, el gerente general de Blanco y Negro, Álvaro Romero, invitó a la Intendenta de la Región Metropolitana, Cecilia Pérez, a las oficinas de la concesionaria en el Estadio Monumental.
Ahí, se le agasajó por su cumpleaños y se tocaron algunos temas. En la ocasión estuvo presente el director Leonidas Vial y uno de los puntos de conversación se dice que tuvo foco en el mural del sector Arica que lleva el nombre de la barra, término ya eliminado luego de la promulgación de la nueva ley.
¿Qué tiene que ver la pintura? Pérez habría dicho que sería una “señal positiva” borrar la leyenda mientras que desde la S.A. no descartarían hacer un nuevo mural pero sólo con ídolos y consignas futbolísticas.
Tras cartón, apareció una cuenta en Twitter (@labarragb) que sólo tiene 13 mensajes, todos en tono de amenaza a la jefa regional. Ella, además, denunció que recibió llamados telefónicos por la discordia provocada por el mural de Arica.
El tema es que esa conversación fue de carácter privado y, de ser reales los mensajes, alguien al interior de esa oficina los hizo llegar a hinchas radicales. “Esta teoría me fue ratificada por personeros de Gobierno. Si esto se comprueba, se debe aplicar todo el rigor de la ley. Si algún dirigente o funcionario de un club mantiene vinculaciones con una barra, será multado y el club al cual pertenece debe responder patrimonialmente. Acá también podría haber responsabilidad penal, pues, si se ratifica la filtración, el autor puede ser considerado coautor o encubridor de amenazas de muerte”, sentenció el diputado Matías Walker a El Mercurio.
Por su parte, en Blanco y Negro negaron rotundamente al mismo matutino esta versión, además de que aún existan lazos con la barra. “Sólo la felicitamos por su cumpleaños (a Pérez)”, comentó una alta fuente al interior de la concesionaria al medio ya mencionado. Un tema que seguirá dando que hablar.