Esteban Pavez se ha convertido en uno de los favoritos de los hinchas, merced de su trabajo silencioso, efectivo y cumplidor. Y hoy, en entrevista con El Mercurio, habló de la contingencia, de su presente y futuro.

Lo primero que se refirió fue a la ausencia de Paredes, quien estará dos fechas fuera. “Es el goleador, siempre le marca a la U, pero tenemos jugadores que pueden ocupar su lugar, hay un buen plantel y estamos tranquilos porque sacaremos un buen resultado”, aseguró.

Además, comentó que el domingo “será raro jugar con solo 2 mil 500 hinchas nuestros. Todo el año hemos sido locales, en todos lados. Pero así son las cosas en este momento. Nuestros hinchas lo verán en la casa, nuestras familias estarán apoyando y nosotros sabemos que contamos con ese aliento”.

Luego hizo un alto y comparó el presente con cuando partió en el fútbol. “Antes de salir a la cancha me acuerdo de cuando jugaba en el barrio, en La Florida. Era delantero del Atlético Estrella. No nos iba a ver casi nadie. Y ahora, ver toda esta gente… Uf. Después del partido con O”Higgins llegué a mi casa y había un papelito escrito debajo de la puerta. Era de una niñita que me felicitaba por ser el mejor del partido”, relató.

Y tras eso, se metió en su presente como fijo en el 11 de Tapia. “Este año me lo esperaba hace mucho tiempo. Veo a Jaime Valdés que hizo toda una carrera en Italia y me encanta jugar al lado suyo. Me tocó estar en la Selección y no esperaba que fuera tan pronto. Si llevo recién un año en Primera”.

Consultado si piensa igual que la mayoría de los jugadores, de partir cuanto antes a Europa, dijo que “para mí es un sueño, pero mi mente está en ser campeón con Colo Colo, jugar la Libertadores y ojalá ganarla. Si no llega una propuesta buena, sigo feliz aquí. Todo lo que me ha pasado me sirvió bastante, por eso no estoy apurado”.

Y sobre sus similitudes con Arturo Vidal, piensa que “él es un jugador que me gusta mucho, me siento identificado también porque salió del club, es humilde y le costó llegar donde llegó. Mi idea es llegar a ser como él. Hoy lo quiere todo el mundo y jugadores como él abren puertas al resto. Mi sueño es jugar en la liga inglesa. Sé que es difícil, por el tema de los cupos, pero ese es mi sueño”.

EL FACTOR TAPIA

En su presente ha resultado clave Héctor Tapia, quien “me ha dado toda la confianza del mundo para hacer lo que sé. Desde que asumió dijo que yo era importante. No alcancé a estar con él en cadetes, pero me agarró cariño, le debe gustar como juego y que le cumpla en la cancha”.

También recalcó la instrucción de Tito de jugar a ras de pasto. “El profe nos inculcó que aunque nos hicieran 10 goles por salir jugando, daba lo mismo. Él sabía que con estos jugadores iba a funcionar. Y nos dijo que si perdíamos, él se hacía responsable. Este Colo Colo tiene su propia esencia: dar la vuelta y tocar, tocar, tocar y tocar. Hacemos trabajos de tenencia, reducidos para tener velocidad, jugamos a dos toques y eso nos ha servido bastante”.

“Me encanta jugar en este equipo. En todo momento disfruto dentro de la cancha. Sé que vamos a ganar, antes no pasaba eso, porque nuestros rivales eran superiores, estábamos más temerosos, ahora veo a mis compañeros y sé que vamos a ganar. Cuando veo al rival que se para con dos líneas de cuatro a esperarnos, con mayor razón sé que vamos a ganar”, complementó.

Finalmente, repasó a algunos de sus referentes, además del ya citado Arturo Vidal, hay otro Arturo que lo marcó. “Me gustaba mucho como jugaba Arturo Sanhueza, porque estaba en mi puesto y “la rompió” en Colo Colo. Ponía buenas pelotas y era un capitán en todo sentido. Alcancé a estar con él en el plantel de 2009”.

Mientras que del extranjero destaca al inglés Steven Gerrard. “Cuando estoy en la casa, juego PlayStation con el Liverpool. Y Gerrard es Pavez, por eso uso el número 8 en la camiseta. Ahora no es como antes, pero lo banco igual, porque en cualquier momento pone una pelota de gol o un pase de 50 metros”, cerró.

También recordó su amistad con el delantero azul Patricio Rubio, con quien asegura que no apostará nada, pues “todavía me debe una comida por el clásico pasado que ganamos”.