Américo Gallego se pasea, da instrucciones en Rancagua pero no está del todo concentrado. ¿El tema? Los famosos refuerzos.
El Tolo se maneja hoy entre la calma y los nervios. Está tranquilo porque se mantiene al tanto de todas las negociaciones vía Jaime Pizarro, pero a la vez se da cuenta que los días pasan y sólo tiene a Christian Vilches en la intertemporada de los seis que quiere sumar.
En honor a la verdad, ha existido algo de infortunio a la hora de cerrar los traspasos. Con el Quili debió intervenir una empresa para sacarlo de Audax; el Pájaro Gutiérrez debió ir hasta a México para arreglar su situación; Rieloff entró en Promoción con Gimnasia pese a tener autorización; Muñoz espera impaciente al indeciso Santiago Wanderers; Pelletieri se cayó cuando podría estar ya en Rancagua (lo peor es que fracasó en su intento en el Mónaco y se fue a Racing) y obligó a empezar de cero por Olmedo; Orellana estuvo listo y el Granada ascendió y por Jiménez se esperará máximo hasta la tarde de hoy.
El tema de Gallego pasa porque sabe que no tiene margen de error. Terminó mal el Apertura y ya comenzó mal el segundo semestre con una goleada en el Monumental ante la Sub 18 de Católica pero mientras los refuerzos no estén con él, deberá seguir debatiéndose entre la calma y la intranquilidad.