A comienzos del 2003 Iván Zamorano cumplió su sueño de la niñez al firmar con Colo Colo, poniendo punto final a una exitosa carrera futbolística que lo tuvo jugando en el Real Madrid e Inter de Milán, por nombrar un par, además de ser mundialista en Francia 1998 con la Roja.

En conversación con ESPN el ex atacante recordó lo que fueron sus días vistiendo la camiseta del Eterno Campeón, afirmando que lo hizo para cumplir el sueño suyo y de su papá y que lo hizo sin cobrar un solo peso.

“Para mí, llegar al fútbol mexicano fue enorme, un cambio radical en mi vida como deportista, como ser humano. Y, sin lugar a duda, creo que me adapté perfectamente a lo que es México y al fútbol de allá. Fueron dos años hermosos, pero siempre pensando y acordándome de mi padre que el sueño de él era que yo jugara en Colo Colo. Fui campeón con el América, después de 13 años que no lo era, y tenía que terminar mi carrera en el Cacique”, señaló emocionado Iván. 

“Cuando llego a Colo Colo está en quiebra, había un síndico y él me decía que existía ese problema. Yo le dije: ‘no voy a cobrar nada, voy a jugar gratis. Quiero cumplir mi sueño y el de mi padre’. En ese instante tuve la conferencia de prensa y a lo lejos vi a mi papá envuelto en una nube de alegría, porque sabía que estaba cumpliendo su sueño y el mío, pero si puedo decir algo es que en esos seis meses que jugué en Colo Colo sentí a mi papá más aferrado a mí, a pesar de que siempre lo sentía conmigo”, agregó Bam Bam.

En el único semestre con el Cacique, Zamorano disputó solo 18 partidos, anotando ocho tantos y entregando dos asistencias. Lamentablemente tuvo que adelantar su retiro tras un fuerte castigo que recibió en su contra tras perder el control con Carlos Chandía en la final del Apertura 2003 ante Cobreloa en Calama.