El 2002 fue uno de los años más duros de la historia de Colo Colo. La quiebra amenazaba con la desaparición del club, pero un grupo de jóvenes liderado por Marcelo Espina y Marcelo Barticciotto lograron lo impensado y lograron ser campeones en el Torneo de Clausura 2002. 

Ese año hubo mucho sacrificio, ya que no habían viajes en avión, tuvieron que participar en programas de TV, hacer comerciales y jugar partidos amistosos a mitad de semana para reunir recursos para el club. 

Luis Ignacio Quinteros fue uno de esos jóvenes que deslumbró con sus goles. En conversación con DaleAlbo el delantero recordó la gran carga de partidos que afrontaron: "El otro día escuché a Braulio Leal en una entrevista y jugamos más de 70 partidos ese año. Era una cantidad importante. No sé cuántos partidos jugarán ahora los jugadores de un primer equipo en el torneo nacional, independiente si están jugando Copa Libertadores o Copa Sudamericana, 70 y tantos partidos en un año es una locura, mucho", dijo.

Además sostuvo que un jugador está capacitado para jugar entre semana: "Siempre cuando uno habla estando retirado en el fondo no vale mucho, pero siempre el jugador que está bien entrenado, hablemos de una edad promedio, ni muy joven, ni muy grande, debe estar capacitado para jugar entre semana sin ningún problema. Me tocó jugar en Colo Colo y Católica y otros equipos, tuve partidos entre semana y la verdad que te alcanzas a recuperar, a lo mejor si vas avanzando de fase de ahí estando en una semifinal o final se puede empezar a sentir el cansancio" .

"Un jugador estando bien entrenado, teniendo una vida normal como futbolista, no te digo al extremo de la disciplina, decir no como prácticamente nada, no, viviendo normal, el jugador debiera estar capacitado para poder aguantar y jugar entre semana sin problema", complementó.

En ese contexto recordó los esfuerzos que debían hacer viajando en bus al litoral: "Nosotros ese año, yo ni me acordaba la cantidad de partidos y escuchando a Braulio en una nota diciendo que jugamos más de 70 partidos ese año, no lo podía creer. Él hablaba de los partidos amistosos. Después escuché a Lucho Mena decir que jugábamos el domingo por el campeonato y viajábamos el martes a Algarrobo, jugábamos a las 10 de la noche y volvíamos a las 3 de la mañana, al otro día entrenábamos y jugábamos el sábado de vuelta".

"Claro pueden decir era un plantel joven, pero también estaba un Marcelo Espina que rendía y jugaba todos los partidos. Ahí te das cuenta que con un descanso normal y entrenando de buena manera, uno perfectamente puede jugar dos torneos sin problema", cerró.