Miguel Riffo fue uno de los mejores centrales que han pasado por Colo Colo en este milenio. Fue uno de los más queridos por los hinchas no sólo por su calidad para salir jugando y gran remate de cabeza, sino por todo el sacrificio y esfuerzo que puso para poder jugar profesionalmente contra todos los pronósticos médicos.

 

Se volvió fanático del fútbol gracias al Cacique, por esa razón quiso probar suerte en el club para cumplir su sueño de ser futbolista. Pese a su gran calidad, su pie bot le dio un diagnóstico pesimista: No podría ser jugador profesional.

Una noticia así podría desconcertar a cualquiera, pero Riffo era diferente y se aferró en las mínimas posibilidades que le daban para ser futbolista y lo logró.

Repasó su trayectoria en conversación con DaleAlbo, donde comentó la importancia que tuvieron algunos entrenadores y doctores para poder tener una buena carrera. Habló también de la importancia que tiene Colo Colo para su vida y su paso por la selección chilena.

¿Cómo fue tu llegada a Colo Colo?

Por la condición que tenías ¿Cómo calificas la formación que te dio el club?

Mi formación fue positiva. Hay todas las condiciones para entrenar, es el mejor club de Chile. Desde los diez años comenzamos a viajar al extranjero a jugar torneos internacionales y eso te forma de la mejor forma. Ayuda para competir a otro nivel y te prepara para el futuro. Tuve una linda formación, viví años maravillosos en las series menores y cuando me dicen que iba a ser parte del plantel profesional fue una alegría tremenda. Se vive esto con mucho esfuerzo y sacrificio desde los ocho años, hay que ser responsable, tener sacrificios, ser competitivo, es lo que te exige la historia de Colo Colo. La presión que se siente desde la formación es tremenda y creo que lo hice de muy buena forma.

En su momento te dijeron que nunca llegarías a ser futbolista profesional, algo que puede desconcertar a cualquiera ¿Cuál fue tu motivación para seguir adelante?

No eran tan pesimistas. Nací con un pie bot, una malformación congénita y es una deficiencia muy grande para practicar un deporte profesional. Hubo informes a los 14 años donde los doctores me dijeron que no podría ser profesional por razones obvias, tengo el gemelo de la pierna derecha atrofiado y es una falencia importante a nivel físico. El pronóstico era el real, no había otro posible. Después de este informe tuve un apoyo tremendo de toda la gente que trabajaba en el club e incluso de los doctores que me dijeron que no podría ser jugador. Al ver mi entusiasmo por ser futbolista, me abrieron las puertas y me dieron toda la ayuda, hablo del doctor Maya, el doctor Yáñez, el kinesiólogo Alejandro Kock y todos los preparadores físicos que me tocaron en cada etapa, me dieron siempre lo mejor para entrenar y a la larga me ayudó a cumplir mis objetivos. Me entrenaba en doble jornada, me iba del estadio en metro a la clínica donde trabaja Kock y me quedaba hasta pasado las 9 de la noche. Lo hice por mucho tiempo y sin esa ayuda no hubiese logrado mi objetivo. En el deporte no sólo se necesita que te entrenes y prepares, sino que también se necesita mucho del apoyo que te levanten, te ayuden a sacrificarte y la verdad que gracias a estas personas pude lograr mi objetivo.

 

De a poco fuiste escalando, al punto que a comienzos de los 2000, eras considerado el mejor central de tu generación. Sin embargo, Héctor Pinto te dejó fuera del Mundial sub 20 de Argentina, decía que no podrías hacer una carrera internacional ¿Cómo te tomaste ese momento?

Me subieron al plantel el año 99, pero no pude debutar porque tuve una tendinitis rotuliana en ambas rodillas, una lesión muy grave y me tuve que operar en enero del 2000. Estuve todo ese año en recuperación, como siete meses, me operé las dos rodillas. Ese año el proceso ya había empezado, fui nominado a veces, pero la lesión me hizo perder terreno. El 2001 cuando debuté en el plantel profesional me fue muy bien y agarré camiseta en Colo Colo, con muy buen rendimiento. En ese momento era de los pocos jugadores de mi generación que jugaba permanentemente en un equipo y el proceso estaba finalizando de la sub 20, pero no llegó el llamado. No busqué ni pedí explicaciones, aunque estuviera jugando con un buen rendimiento y estaba preparado, las razones de por qué no fui llamado no me lo pregunté.

¿Fue una revancha para ti estar en ese sub 23 que se jugó en Chile el 2004 en el que incluso iniciaste una jugada de gol estando lesionado?

Siempre hay revanchas, por eso hay que estar preparado. La selección era otro objetivo y sueño que quería cumplir. Me acuerdo de que antes de ir a ese preolímpico para ir a Atenas, yo en la final del Clausura me corté un ligamento del tobillo, tuve una lesión complicada, llegué a la preparación con un esguince complicada. El primer partido (contra Uruguay) no lo jugué, pero después jugué regularmente todos los otros partidos. Este partido donde me lesiono fue contra Brasil, el último de la fase de clasificación. En un córner me cae Alex (defensa) justo en el tobillo lesionado, tuve un desprendimiento de un ligamento y quedé en muy malas condiciones. No pude salir porque Juvenal Olmos había hecho los tres cambios, me tuve que quedar en cancha hasta el final. Empatamos ese partido y salimos primeros de ese grupo. Tengo un lindo recuerdo de ese preolímpico por todos los partidos que jugué, pero por esa lesión me perdí el cuadrangular final.

 

¿Qué tan importante fue Claudio Borghi para tu carrera?

Siempre hablo muy bien de Claudio, lo quiero mucho y es una persona que marcó mi carrera. Lo conocí el año 2001, era ayudante técnico de Roberto Hernández, fue el año en el que debuté y tuve una muy linda relación con él. Afortunadamente llegó el 2006 al club y tenemos una historia especial. El 2005 tuve otra lesión en el platillo tibial de la rodilla izquierda que me dejó casi seis meses afuera, no jugué prácticamente nada el semestre anterior a la llegada de Claudio. Nos habíamos ido de vacaciones sin saber quién sería nuestro entrenador, porque se había ido Ricardo Dabrowski. Cada vez que había cambio de entrenador me asustaba un poco por el tema de mi pierna, por eso me entrenaba en las vacaciones. Estaba en el Monumental en mis vacaciones entrenando solo y entra Hernán Torres y después Borghi, me saludan y yo no tenía idea que habían arreglado con Colo Colo. Le dije que me ponía muy contento su llegada y ahí me entregó un mensaje que me motivó mucho. Me dijo que había hablado con el doctor Yáñez y elaboraron un programa especial para mi entrenamiento. Tendría que entrenar un día en cancha y todos los demás en el gimnasio por el tema de la rodilla. Mi respuesta “fue no Claudio, me estoy recuperando, estoy bien y voy a entrenar todos los días”. El me dijo “No, vas a entrenar un día en cancha y los otros días te preparamos un plan para que no tengas impacto en las rodillas y puedas alargar tu carrera”. En ese momento, me dijo que me necesitaba bien para jugar y que en los entrenamientos lo íbamos a arreglar de alguna forma, pero que sólo estaría una vez en cancha. Eso me motivó, sentí que me dio su confianza y me ayudó a alargar mi carrera. Recordando todos mis años en Colo Colo, esos con Claudio fueron los mejores de mi vida .

¿Y Marcelo Bielsa?

Uno siempre como jugador va a aprendiendo de cada entrenador. Antes de estar con Marcelo, había estado con Juvenal en la sub 23 y en la adulta con Nelson Acosta, estuve en la Copa América del 2007 en Venezuela. Cuando llega Marcelo Bielsa fue muy positivo para mí. Me acuerdo muy bien de unas declaraciones suyas donde habló muy bien de mí como jugador y persona. Pude ser parte de ese proceso tan importante para el fútbol chileno. En líneas generales hizo un gran trabajo, se encontró con una camada de jugadores que comenzaban sus carreras y que les supo sacar rendimiento, una identidad y una idea muy clara de juego, Chile empezó a ser muy competitivo. De visita se sacaban los puntos, se ganaba y la clasificación al Mundial coronó todo eso.

 

¿Cuál es el mejor central con el que te tocó jugar?

En mi carrera fue muy importante jugar con David Henríquez. Lo estuve escuchando en unas declaraciones que dijo que no le gustaba mucho el fútbol, pero adentro de la cancha se transformaba, era un líder tremendo, tácticamente era muy bueno. Fuerte en el duelo, tenía rasgos de liderazgo para ordenar la defensa y yo empecé jugando al lado suyo, por eso aprendí tanto de él y me sirvió. Ganamos muchos torneos juntos, nos consolidamos en esa línea defensiva con Lucho Mena también. Dentro de mi carrera fue bueno jugar con Waldo Ponce, era un extraordinario central, con buena técnica. En general me rodee de buenos jugadores.

¿El delantero que más te costó marcar?

En Colo Colo siempre es difícil marcar, porque lo hacíamos en mitad de cancha, jugando de forma expuesta y eso complicaba los duelos. Pero me acuerdo que contra Cobreloa me costaba mucho marcar al Pato Galaz, giraba muy bien, si tenía espacio era muy rápido y costaba pillarlo. En una Copa Mercosur me tocó enfrentar a Diego Forlán cuando estaba en Independiente, la verdad es que era de los delanteros que no te querías encontrar. Era muy rápido, no te tenía que sacar un metro para llevarte en velocidad, además tenía buena técnica. En la selección me tocó jugar contra Argentina y me tocó marcar a Messi y es un jugador extraordinario, era muy difícil pararlo. También enfrenté a Carlos Tévez, con la selección y cuando él estaba en Boca, no es sólo bueno técnicamente, sino que es demasiado inteligente y fuerte. Me enfrenté a muy buenos jugadores, siempre quería ganarles, pero sin duda era muy difícil.

Lograste mucho en tu carrera ¿Sientes que te quedó algo pendiente?

Ganar algo internacional. Estuvimos muy cerca de lograr la Copa Sudamericana, teníamos un gran equipo y nos enfrentamos a Pachuca. Por pequeños detalles, irresponsabilidades nuestras por parte de nosotros los jugadores, no pudimos ganar esa final, es una espina clavada que me quedó para siempre en mi carrera.

También jugar en el extranjero, siempre fue un sueño. El año 2006 y 2007 tuve opciones de partir, concretamente el 2007, terminando el tetra, estuve a días de irme a Estudiantes de La Plata. Ya había hablado con el presidente, tenía un acuerdo de las platas, el contrato sería de tres años. La verdad es que por decisión personal no me quise ir. Tenía muchos deseos de concretar la llegada al extranjero y más en un equipo como Estudiantes, pero en ese momento recién habíamos ganado el tetracampeonato, muchos partieron. Después de la final analicé la situación, hablé con Claudio para saber si se iba de Colo Colo, me dijo que no y ahí por querer respaldarlo, me quedé, fue un tema deportivo. Otra razón importante era porque venía con una molestia importante, que tarde o temprano me iba a tener que operar, entonces decidí quedarme en Colo Colo. Sabía que, si me iba, pasaban tres o cuatro meses y si tenía una lesión, mi carrera se podía terminar abruptamente. Allá no se si tendría las mismas condiciones que en Colo Colo tenía para recuperarme. Así que, por un tema deportivo, por cariño a Colo Colo, a Claudio también, privilegié quedarme. Sin duda fue un sueño que no cumplí, pero no me arrepiento, pude alargar mi carrera, cumplí la mayoría de los objetivos que me propuse y salir al extranjero lo voy a lograr como entrenador, ese es mi objetivo ahora.

 

 Viviste dos períodos simbólicos en el club, como el tetracampeonato y el título de la quiebra ¿Cuál fue el más especial para ti?

Cuando estás en Colo Colo, cada partido y título es especial, no hay ninguno más importante que otro. El torneo de la quiebra fue importante porque el club entró en una situación compleja. Ese año para poder sostener al club tuvimos que jugar una cantidad impresionante de amistosos, con un plantel muy joven, pero que tenía mucho sacrificio. Jaime Pizarro fue el gran responsable de ese torneo que ganamos, supo liderar de muy buena forma a jugadores sin mucha experiencia, creo que un 80% de esos jugadores éramos formados en el club. Se armó un lindo grupo, muy emotivo a nivel institucional, muy cercano al hincha, lo único que quería la gente era que saliéramos a flote nuevamente. Ese título fue un renacer.

El tetracampeonato fue algo maravilloso, queda en la historia. Es tremendamente difícil ganar un torneo y lo hicimos cuatro veces seguidas, fue un hito importante para la institución.

La importancia de Colo Colo en tu vida

Le tengo un cariño tremendo y especial a Colo Colo. Me formé ahí como jugador, logré todos mis sueños gracias al club. Cuando decidí ser entrenador también me abrieron las puertas, me pude formar ahí como entrenador y lo hice de buena forma en las divisiones menores, en el plantel profesional, para mí son logros importantes. Voy a estar eternamente agradecido de lo que me ha dado Colo Colo, del cariño que me entrega la gente en todos lados, eso es lo más importante para mí.