PorDarío Sanhueza D.L.C.
@DarioPat
Panelista DaleAlbo Radio
Y al fin volvió el fútbol. Luego de un período de incorporaciones particularmente traumático y desagradable, potenciadas por el hecho de que el equipo no estuviese compitiendo, finalmente el Cacique se ha armado de cara al 2018, con incorporaciones más que interesantes -al menos en el papel- y manteniendo una base que, pese al paso del tiempo, sigue marcando diferencias. El triunfo en la Supercopa ante un devaluado Wanderers fue importante, se agrega una copa más a nuestras vitrinas, pero sin dudas el debut en el Torneo Nacional marcaría un alza en la exigencia, en una escalada que, esperamos, nos lleve al debut en la Copa con un interesante bagaje de partidos y con los refuerzos ya afiatados a un esquema de juego de Guede que seguramente requerirá algunos ajustes. El primer desafío del torneo sin dudas sería complicado, frente a un equipo al cual Colo Colo no había vencido durante el período de Guede -sólo había rescatado empates, cómo olvidar ese partido desgraciado del primer campeonato del 2017-. Además, Antofagasta era toda una incógnita, con un nuevo cuerpo técnico y con algunos jugadores nuevos en su plantilla. Y el Cacique sufrió el partido, sin duda. La velocidad del venezolano Bello fue factor, y el equipo sintió el tener a un Jaime Valdés impreciso en el primer lapso. De hecho las más claras en principio fueron de los Pumas, con un lindo remate de Sandoval bien contenido por Orión y un palo del propio Bello luego de un desborde por derecha en que Campos estuvo un poco lento de reacción. Pero este Colo Colo muestra jerarquía. Habiéndose sacado la mochila de la desesperante necesidad de ser campeones, el equipo ya cuenta con la experiencia de haberse sobrepuesto a instancias complicadas y confía en sus medios, aunque no “someta” al rival -concepto tan sobreplanteado hoy en día-. En el fútbol es mucho más importante ser letal que ser dominador y así lo entiende este Colo Colo, que se puso en ventaja con una corrida fenomenal de Nico Orellana -que quizás algún día se transforme en una bestia de carrilero por izquierda, tiene pique, resistencia y saca muy bien los centros en velocidad- y una estupenda cesión para Esteban que marcó su gol N° 165 con esta camiseta, clonando uno de sus goles en clásicos ante la U. Como son tantos, refrescaremos la memoria y diremos que es igualito al 2-0 del 2015 en el Monumental. Antofagasta es un buen equipo y tuvo otra clara con un cabezazo de Ciampichetti al palo, pero por contrapartida el Cacique tuvo el 2-0 con Orellana -debió haber rematado Villanueva- y con un guadañazo que se comió el Torta -que mantiene su gran nivel- en el área, aunque al parecer la pelota había salido. Incluso el propio Opazo tuvo un palo en el segundo lapso con una jugada que ya es parte de su currículum con ese enganche para la zurda. Estábamos sufriendo pero el equipo sobrellevaba bien el partido. Sin embargo, en el segundo lapso el CDA llegó al empate con un claro penal de Barroso que el propio Ciampichetti pateó bien, pese a que la invasión al área era tan grande como la de los nazis a los polacos en 1939. Esto forzó a que Guede apurara a Valdivia, quizás lo tenía contemplado para menos minutos, pero no hay que regalar nada y así lo entendió el técnico. Los minutos del Loco fueron cruciales, por supuesto, tanto para desequilibrar el partido como para manejarlo una vez obtenida la ventaja. Es divertido como algunos hinchas de otros equipos pretenden bajarle la caña a este Colo Colo hablando de los viejitos… y se tienen que comer que el 2-1 haya partido por Orión (36), seguido por Valdés (37), siguió con Paredes (37) y terminó con un Mago (34) metiendo la pierna y asistiendo fenomenalmente a Efraín que definió como si estuviera jugando al hoyitopatá con sus hijos. 144 años puestos al servicio de la camiseta más linda de todas, con Paredes igualando al legendario Honorino Landa como tercer goleador histórico del fútbol profesional chileno en torneos de Primera División (y eso que jugó en la B con el Chago y estuvo un año y medio exiliado en México). Sinceramente, no sé si hay muchos jugadores en el mundo que tengan esa capacidad irritante, desesperante y colosal del Mago Valdivia para aguantar un partido donde hay que quemar minutos. Hay que ser valiente para estar dispuesto a comerse patadas como lo hace el 10, y cómo le pegan. Porque no basta con ser bueno para la pelota, hay que saber manejar los tiempos y tener el carácter suficiente para estar dispuesto a ello. Una cátedra de desesperación al rival y tres puntos importantes a la bolsa. La principal tarea de Guede, a estas alturas, parece ser saber aprovechar y compatibilizar las nuevas piezas dentro de un engranaje que funciona bien. ¿Carmona con Baeza y sacrificar un delantero, o Carmona por Baeza? ¿Podrá Pinares hacer la banda izquierda completa o Guede lo querrá como relevo de Valdivia? ¿Tendrá Insaurralde -más allá de su indiscutible experiencia, juego aéreo y categoría- la velocidad para afiatarse a una línea de 3 con un volante externo más propositivo en ataque? Son preguntas que sin dudas nos hacemos -y que sin dudas el DT se debe hacer-. Pero de todas maneras, hay un plantel serio, avezado, con variantes interesantes. Paso a paso, partido a partido, pero las perspectivas son buenas.