Reinaldo Rueda analizó con amplios conceptos la derrota de Chile ante Costa Rica. “Está muy claro que no hicimos un buen juego. Hubo factores en el primer tiempo que determinaron eso. Con su presencia arriba, evitaron nuestra salida y nos faltó hacer movimientos que se conocen, esa chispa para no jugar a lo que ellos querían, son muy fuertes en el juego aéreo y Johnny (Herrera) tuvo que sacar en largo, que no es nuestro fuerte. Ahí perdimos confianza. En los duelos fueron muy fuertes, en los rebotes, tanto por arriba como a ras de piso. Fuimos muy leales, muy nobles y nos faltó agresividad en determinados pasajes. Hicieron un juego perfecto que nos da una lección dura. Nos hicieron ver mal, perdimos en calidad de local, no dimos buena respuesta. Quizás para rescatar la vergüenza, el carácter, pero en dos bolas quietas y un contraataque… Con Óscar Opazo era para refrescar la zona defensiva, porque íbamos a quedar expuestos a su juego en largo”, manifestó de entrada.

“Nos pusieron a jugar a lo que no sabemos jugar. A veces hay que recordar conceptos básicos del ABC, repetirlos (…) Hasta hoy teníamos un porcentaje que quizás no es ideal, pero de un 57% sobre ocho juegos. El tema es colectivo. Sabíamos que Costa Rica hacía esa estrategia y es válido. Nuestra posesión es superior, pero en fase defensiva fuimos muy blanditos, miramos, no nos agrupamos bien, fuimos muy leales. No pasa por un jugador. Hubo pasajes donde nos reencontramos con lo que sabe hacer Chile, pero muy poco”, agregó.

Sobre los errores en el fondo, dijo que “es como cuando uno tiene un mal vecino: si se hace mucha rumba arriba, se siente abajo. No es la linea defensiva, es la fase defensiva de todo el equipo. Si tenemos presión arriba, el rival no llega tan fácil. El análisis debe ser global. Hay una ingenuidad en Enzo (Roco). Se lesiona minutos antes y por no entregarse, lo paga en el tiro de esquina. Quizás nos hacen el mismo gol o no. Pero ya con el 0-1 y sabiendo que ellos jugaban a la contra, en lugar de jugar con otro central como Kuscevic, preferí poner a Gary (Medel) que estaba en ritmo de partido, ya que íbamos a adelantar líneas y fortalecimos el medio. Fuimos muy nobles y Lorenzo (Reyes) entró bien”.

Finalmente, dijo que “cuando no se logran los resultados el entorno no es el mejor, uno se llena de desconfianza, pero ahí va a estar el temple de uno, la convicción de nosotros, del grupo, de la parte directiva, el acompañamiento de la afición. De una gran crisis se fortalece y puede salir algo positivo. Hace un año y un mes el equipo no jugaba de local, veníamos con una carga psíquica y sabemos hay un karma por no haber clasificado al Mundial. La afición ha ido perdonando y volviendo a amar, esa es la ley, perdonar y volver a amar, que se reencuentren. Reemplazar a hombres grandes, exitosos, no es fácil. Estamos en ese camino y esperamos que reaccionemos”.