Los coletazos del “apriete” que hizo la barra a los jugadores en plena práctica en la cancha principal, siguen pegando fuerte en Blanco y Negro.

Ayer, la Intendenta Metropolitana, Cecilia Pérez, pidió una reunión con el presidente de Blanco y Negro, Carlos Tapia y con el mandamás de la Corporación CSD Colo Colo, Cristián Varela, para ponerle punto final a la relación del club con los barristas.

A la cita sólo llegó Tapia, Varela acusó “problemas de agenda”. En el diálogo entre la máxima autoridad metropolitana y la de la concesionaria que administra al club, la cosa quedó clara, Pérez llamó a Blanco y Negro a hacerse responsable y denunciar con nombre y apellido a los barristas que entraron a la cancha.

“Ya no sirven las palabras de buena crianza. Hay que tomar acciones concretas, deben denunciar a los delincuentes con nombre y apellido. No se permitirán más hechos como los del martes”, dijo la Intendenta.

Por su parte, en conversación con La Tercera, el ausente Varela tuvo que asumir su responsabilidad, como el único que puede expulsar del club a los barristas-socios que ocasionaron los destrozos.

Convocaremos al tribunal de ética y disciplina, un organismo autónomo de la corporación. Pediremos la máxima sanción para los socios involucrados”, lo que se traduce en la expulsión de los registros del club de quienes resulten responsables.

Un dato no menor, al menos en la última asamblea de socios, dicha comisión no estaba conformada, cuando se pidió exactamente lo mismo a quienes agredieron a Marcelo Barticciotto. A un año de esto, los socios no han sido siquiera informados quienes la integran, si es que realmente está formada y no es otra excusa de Cristián Varela.

Por otro lado, fuentes de la concesionaria aseguran que el futuro del jefe de seguridad, Osvaldo Jara y el del gerente general de Blanco y Negro, Álvaro Romero, están siendo fuertemente cuestionados por el directorio y se espera que se les pida la renuncia en los próximos días.

Foto: Intendencia