Un 13 de diciembre del 2006, Colo Colo vivió una de sus noches más tristes tras caer en la final de la Copa Sudamericana ante el Pachuca. En la previa todo parecía estar a favor de los del Bichi Borghi tras el empate conseguido en México y con un equipo que derrochaba talento encabezados por Matías Fernández, Humberto Suazo, Arturo Vidal y Alexis Sánchez.

El ambiente era una locura. Los hinchas habían agotado las entradas una semana antes y el estadio estaba lleno cuando prácticamente quedaban dos horas para el pitazo inicial.

Ya en el partido los dirigidos del Bichi Borghi no estaban haciendo una buena presentación. Pachuca había dejado aislados a los talentosos de Colo Colo, aunque en una que tuvo espacio Matías le mete un pase profundo a Alexis, quién tras un enganche habilitó a Suazo para desatar la euforia de las 70 mil personas presentes en el Nacional.

Quizás un poco inmerecido por el desarrollo del juego, pero los albos se fueron al descanso en ventaja, alimentando el entusiasmo de la fantaticada. Sin embargo, llega un baldazo de agua fría tras una jugada comenzada por Damián Álvarez y que terminó en el gol de Gabriel Caballero.

Pocos minutos después los tuzos tuvieron una contra moral, donde nuevamente Álvarez se los llevó a todos y Christian Giménez batió la resistencia de Sebastián Cejas para poner el 1-2 definitivo.

Colo Colo estuvo a 45 minutos de conseguir otro título internacional con un equipo que era un orgullo. La base era de hombres formados en las series menores, mucha juventud con descaro y talento que le podía ganar al que sea. 

Varios nombres de ese equipo tuvieron una destacada trayectoria en el extranjero. Humberto Suazo es el máximo ídolo de Monterrey, Matías quizás no fue lo que esperábamos pero se mantuvo por 10 años en Europa y de Arturo Vidal o Alexis Sánchez para qué decir lo que lograron. Un plantel irrepetible que tuvimos el placer de ver jugar.