Pablo Solari fue el gran héroe de la jornada en el triunfo de Colo Colo sobre Universidad de Concepción, anotando un golazo para el Cacique que significó la tan ansiada permanencia en primera división en el Fiscal de Talca.

La familia del argentino celebró con todo el tanto del pibe de 19 años al otro lado de la cordillera, específicamente en Arizona, un pequeño pueblo en la provincia de San Luis. Su padre, Víctor Solari, detalló en conversación con LUN como vivieron el importante momento en la carrera de Pablo.

"El domingo quedó muy bajoneado, pero ya el lunes, luego de charlar con los compañeros, cambió de ánimo. Dijo que haría un gol. 'Ojalá se te dé, porque estás haciendo buenos partidos', le contesté", señaló Víctor Solari.

En ese sentido sostuvo que “sufrimos todo el partido. Estaban muy ansiosos después de lo que pasó el domingo, con el empate a última hora y no poder salir del descenso. Pero lo vi bastante bien y cumplió con su promesa de gol”.
 

Sobre la experiencia de tener a su hijo lejos de casa detalló que ya están acostumbrados, ya que Pablo tiene otros hermanos que se han dedicado al fútbol. "Santiago, uno de sus hermanos mayores, se fue a Buenos Aires a los 13 años para jugar en Vélez Sarsfield y Pablo se fue a Córdoba antes de cumplir 14. Obviamente, es más complejo cuando se va a otro país, sobre todo con la pandemia. Queríamos viajar a verlo, pero no pudimos”, señaló.

"Le dije que estuviera tranquilo, que en Colo Colo había seleccionados chilenos y ex jugadores de Boca Juniors y San Lorenzo. Tenía que hacer sus armas despacio", agregó.

Víctor es un fanático a morir de River Plate, por lo que el nombre de Pablo a su hijo es una casualidad: "Pablo se llama Pablo César por Aimar. Siempre tuvo el mano a mano, es un chico atrevido. Le cuesta un poco jugar en equipo, pero es joven y eso se puede pulir. Pablito es muy querido, aunque es callado y medio serio. No es muy simpatico, pero la gente lo quiere por su humildad. Todo el mundo acá en Arizona estuvo pendiente del partido".

En cuanto a su adaptación de su hijo, afirmó que “nunca pensamos que tiraría la toalla. Al principio estaba ansioso porque no jugaba. Cuando lo llamo siempre está con el chico Jayson Rojas, nos hemos hecho amigos por teléfono. 'Ey, chileno', le digo. Es macanudo. Y ha ayudado mucho a Pablo para adaptarse. Pero Pablo se lo tomó bien, nunca quiso volver".

"Este jueves por la noche lo tenemos que ir a buscar a Mendoza y esperamos darle un gran abrazo", concluyó Víctor.