Colo Colo vive horas claves en la Copa Libertadores. Se enfrenta este jueves a Fluminense por la cuarta fecha de la fase de grupos, con la misión de sumar de a tres y cerrar así de buena forma su campaña como local, apostando además a quedar bien posicionado para sus duelos ante Cerro y Alianza como visita.
Sin embargo, hace 51 años atrás también se vivían horas claves en torno al futuro del Cacique en la competición continental. Un 8 de mayo de 1973, el equipo que dirigía Luis Álamos se preparaba para recibir a Botafogo en el Estadio Nacional, con la chance de poder clasificar a su primera final de Libertadores.
Era la fase de semifinales, que por ese entonces se jugaba en fase de grupos. La instancia la había iniciado el Cacique con un histórico triunfo en el Maracaná ante Botafogo, por 2-1. Carlos Caszely y Francisco Chamaco Valdés fueron los artífices de ese triunfo.
Tras ello, quedaban los dos partidos ante Cerro Porteño, además de la revancha ante Botafogo en Chile. Ante los paraguayos el saldo fue de dulce y agraz. Primero, en Asunción, se cayó por 5-1 aunque luego se cobró revancha en Santiago, venciendo a los azulgranas por 4-0.
Así, todo se definiría en el partido final ante Botafogo. Colo Colo llegaba en el segundo lugar del grupo, con cuatro puntos y diferencia de +1. La única diferencia con Cerro Porteño era la diferencia de goles a favor, considerando que los guaraníes tenían 8 y el Cacique 7.
La agónica clasificación de Colo Colo a la final de Libertadores
Ese 8 de mayo, Colo Colo se preparaba para afrontar el definitivo partido ante Botafogo. Era urgente una victoria para no quedar expuestos a un posible triunfo de Cerro Porteño una semana después, en el Maracaná. Eso sí, los planes no salieron de acuerdo con lo esperado.
Colo Colo partió con todo y a los 32′ ya ganaba por 2-0, gracias a los goles de Sergio Ahumada (10′) y Rafael González (32′). Sin embargo, el equipo se comenzó a quedar y Dirceu Guimarães anotó a los 43′, poniendo la incertidumbre de cara al segundo tiempo.
Rodolfo Fischer (60′) igualó el marcador, en un resultado que ya no servía demasiado. Pero las cosas se complicaron todavía más cuando el propio Dirceu Guimarães anotó el 3-2 de Botafogo a los 65′. Ese resultado directamente dejaba afuera a Colo Colo de la gran final.
Pero a los 89′, apareció Leonardo Véliz para decretar el definitivo 3-3. El resultado no era el mejor, pero dejaba a Colo Colo puntero del grupo con cinco unidades. Finalmente, la clasificación quedó cerrada luego de que Botafogo venció por 2-0 a Cerro Porteño en Brasil.
Fue la primera clasificación de un equipo chileno a una final de la Copa Libertadores y el Cacique debió ganarla, pero los robos arbitrales que se repitieron en las tres finales finalmente impidieron que se lograra esa primera conquista continental.
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